Ya durante el desarrollo de sus vehículos Audi tiene muy presente la ecología. Para cada modelo se elabora un balance medioambiental que evalúa todas las fases del ciclo de vida: el desarrollo y la producción, el reciclaje y, el factor más importante, la fase de funcionamiento. Es especialmente en esta fase donde los ligeros y eficientes modelos de Audi demuestran sus puntos fuertes, sobre todo cuando en un futuro sean propulsados por las energías renovables potenciadas por la marca de los cuatro aros.
En la actualidad, la opinión pública se ve muy influenciada por el criterio del consumo de combustible a la hora de valorar un automóvil. Pero Audi no se limita sólo a las emisiones de CO2 que salen del tubo de escape de un determinado modelo al circular. Se tienen en cuenta todos los aspectos, desde la obtención de materias primas, la fabricación de las piezas individuales y su ensamblaje, el flujo de energía en las plantas de producción, el reciclaje y la fase de funcionamiento. Es lo que se denomina balance medioambiental, también llamado balance ecológico o Life Cycle Assessment (LCA).