Con la inauguración la pasada semana de la planta de Audi e-gas en Werlte, la marca de los cuatro aros se convierte en el primer fabricante de automóviles en desarrollar una cadena de suministro de energía sostenible. Ésta comienza con la electricidad obtenida de forma ecológica, el agua y el dióxido de carbono para obtener como productos finales hidrógeno y el metano sintético, el denominado Audi e-gas.
"Audi da un paso de gigante para la movilidad del futuro", manifestaba Heinz Hollerweger, responsable de Desarrollo Total del Vehículo, en su discurso con motivo de la inauguración de la factoría de Audi e-gas en Werlte. "Audi es el único fabricante del mundo que dispone de esta tecnología innovadora. La investigación en combustibles sintéticos y respetuosos con el medio ambiente es el núcleo de nuestra sólida estrategia de lo que se conoce como e-combustibles". Reiner Mangold, responsable de Desarrollo de Producto Sostenible, añadía: "Las instalaciones de energía para gas que hemos construido en Werlte se pueden convertir en un proyecto piloto para una revolución tecnológica completa, más allá de las fronteras de nuestra compañía". Peter Altmaier, ministro alemán de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear, también comentó el compromiso de Audi en sus palabras de bienvenida.
La planta de Audi e-gas funciona en un proceso de dos etapas: electrolisis y metanización. En la primera la planta utiliza el excedente de electricidad obtenida de forma ecológica para descomponer el agua en oxígeno e hidrógeno con tres electrolizadores. El hidrógeno podría propulsar durante un día a vehículos con pila de combustible. Por ahora, sin embargo, en ausencia de la infraestructura necesaria en toda la zona, se lleva a cabo directamente una segunda etapa del proceso: la metanización. Se utiliza el hidrógeno para hacerlo reaccionar con CO2 y producir metano sintético o Audi e-gas. Éste es prácticamente idéntico al gas natural fósil y se distribuirá a través de la infraestructura existente, la red alemana de gas natural, a las estaciones de repostaje de CNG. La planta tiene previsto empezar a suministrar el Audi e-gas Audi a la red a finales de 2013.
La planta de Audi producirá alrededor de 1.000 toneladas métricas de Audi e-gas al año, que atraparán químicamente unas 2.800 toneladas métricas de CO2. Esto corresponde, aproximadamente, a la cantidad que absorbe en un año un hayedo de más de 220.000 árboles. El agua y el oxígeno serán los únicos subproductos.
Audi ha construido la planta de Audi e-gas en colaboración con el especialista en este tipo de obras ETOGAS GmbH (antiguamente SolarFuel) y su socio en el proyecto MT-BioMethan GmbH, sobre una parcela de 4.100 m2 propiedad de EWE AG. La excavación estuvo lista en septiembre de 2012, y apenas tres meses después, en diciembre, se pudo celebrar la "cubierta de aguas" o finalización de la fase de obra en lo referido a la estructura y la cubierta.
El uso eficiente de los flujos de energía es la máxima prioridad en la secuencia de producción del Audi e-gas. Así, el CO2utilizado es un producto de desecho procedente de una planta de biogás adyacente, por lo que sirve como materia prima para la producción de Audi e-gas, y no se emite a la atmósfera. Por su parte, el calor residual que se desprende en el proceso de metanización, en el que se hace reaccionar el CO2 con hidrógeno para generar el metano sintético, se utiliza en las instalaciones de biogáscontiguas, incrementando significativamente la eficiencia global.
Está previsto que el Audi e-gas de Werlte sirva para propulsar a 1.500 nuevos Audi A3 Sportback g-tron durante 15.000 kilómetros al año, en una conducción libre de CO2.El modelo 1.4 TFSI de cinco puertas puede funcionar con gas natural, biometano y Audi e-gas; gracias a su diseño bivalente también puede usar gasolina. Esto le proporciona una autonomía total de 1.300 kilómetros, aproximadamente.
Los clientes podrán solicitar una cuota de Audi e-gas cuando adquieran el vehículo. Eso les permite participar en un proceso de balance certificado, que funciona de forma similar al que existe relacionado con la electricidad producida de forma ecológica. Al repostar e-gas en las estaciones de servicio CNG públicas utilizando una tarjeta especial, la cantidad de Audi e-gas repostada se registra de forma centralizada, y se resta a la cantidad que la instalación de e-gas alimentó a la red de gas natural.
El Audi A3 Sportback g-tron, que tiene previsto su lanzamiento al mercado para finales de este año, consume de media menos de 3,5 kilogramos de Audi e-gas por kilómetro. Las emisiones de CO2 en el escape son inferiores a 95 gramos por kilómetro en el ciclo homologado NEDC. La conducción con e-gas Audi es neutral desde el punto de vista medioambiental, porque el CO2 generado en la conducción del coche ha sido absorbido previamente durante el proceso de producción del combustible sintético. Incluso en un análisis exhaustivo de principio a fin de todo el proceso, que incluya la construcción y funcionamiento de la planta de Audi e-gas y las turbinas de los aerogeneradores, las emisiones de CO2son sólo de 20 gramos por kilómetro. Esta huella ambiental pionera ha sido recientemente certificada por TÜV Nord.
El proyecto e-gas de Audi trasciende a la industria del automóvil. Se ha demostrado la gran cantidad de electricidad que se puede almacenar de forma eficiente e independientemente de la ubicación, transformando dicha electricidad en gas metano y guardándolo en la red de gas natural, el sistema público de almacenamiento de energía más grande que existe en Alemania. Con el proyecto e-gas, Audi es parte activa y conductor de la revolución energética. Las principales empresas energéticas alemanas han adoptado la idea de la cogeneración de energía por medio del gas y están siguiendo a Audi con sus propios proyectos iniciales.
El proyecto e-gas es parte de la estrategia integral de e-combustibles de Audi. En paralelo a la planta de Audi e-gas de Werlte, la marca de los cuatro aros también cuenta con un centro de investigación en Hobbs, Nuevo México (Estados Unidos) para la producción de etanol y e-diesel, en colaboración con Joule. En estas instalaciones unos microorganismos usan agua (agua salobre, o aguas residuales), la luz solar y el dióxido de carbono para producir combustibles de gran pureza. El objetivo estratégico de estos proyectos es usar el CO2 como materia prima para combustibles y, con ello, mejorar la huella global de forma notable. La estrategia de los e-combustibles es un pilar importante de la iniciativa de sostenibilidad de Audi.
| Fuente: Audi | Alcance: Alemania
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