Spyker acaba de emitir un comunicado oficial declarándose en bancarrota. La que fuera una de las marcas de coches deportivos más prometedoras (incluso llegó a tener escudería de Fórmula 1), ya no puede hacer frente a sus deudas y está ahogada económicamente. No es una noticia nueva, de hecho desde hace meses se conoce la situación límite de Victor R. Muller (fundador y jefe ejecutivo), pero no por ello deja de ser dramático el ver cómo un fabricante más de coches desaparece del mapa.
Fundada hace 15 años, su fundador asegura que aún así "no es el final, pero sí quizá sea el principio del final", en una cita de Winston Churchill. Muller asegura que dedicará todo su empeño a partir de ahora en intentar que la marca renazca, y que espera poder ofrecer en un futuro deportivos eléctricos de alto rendimiento. Obviamente, por soñar que no quede.