Spyker, tras su fracaso en la multitud de empresas que ha iniciado (como Saab), intenta seguir esquivando a la bancarrota lanzando modelos conceptuales que nunca llegan a hacerse realidad en serie o, si lo hacen, son a un precio tan desorbitado (para que puedan obtener pingües ganancias con ellos) que prácticamente nadie se los compra. Aunque intenten parecerse a marcas de superdeportivos como Ferrari o Lamborghini, no tienen ni la historia, ni mucho menos el talento o estilo detrás como para siquiera poder ser unos rivales mínimamente dignos.
Su último despropósito se llama B6 Venator Spyder Concept, una reinterpretación más del Venator (y hemos perdido ya la cuenta de las que llevan), probablemente para ahorrar en costes de producción y de diseño.