Curiosidad: límites de velocidad en España

A cuentas de unos de los bulos de Facebook, en el que se mencionaba que en 1956 los límites de velocidad en autopista eran de 120 Km/h, en una época en la que el coche típico era un Seat 600, que no superaba los 90 Km/h, mientras que en la actualidad, siguen estando fijados a 120 Km/h, a pesar que los coches medios rozan o superan los 200 Km/h.

De esta manera, me he puesto a investigar. La primera incoherencia, es que en 1956, aun no se vendía el Seat 600, los primeros, no hicieron su aparición hasta un años después, y ofrecían una velocidad punta oficial, que si que superaba esos 90 Km/h, en concreto, llegaba a los 95 Km/h. En ese año 1956, el coche medio, era más parecido de hecho a un Renault 4-4.

Dos conductores, detenidos por superar en más de 100km/h el límite de velocidad permitido

Cuando dos coches atraviesan un rádar de control a una velocidad superior a la que se permite pero están muy cerca uno del otro, éste no es capaz de estimar una valoración, y los conductores pueden circular tranquilamente. Sin embargo, los nuevos radares que están surgiendo poseen tecnologías de calibración más precisas, y son capaces de detectar vehículos aunque su velocidad supere con mucho la permitida en la vía de que se trate y éstos circulen muy juntos uno detrás del otro.

Esto es lo que les ocurrió a dos conductores australianos, que conducían sus coches a 105 y 117 km/h, respectivamente, más de lo permitido. Según anuncia la compañía Vitronic, en la mayoría del resto de radares de control estos dos automóviles habrían pasado totalmente desapercibidos.

Ford vende más limitadores de velocidad gracias a las cámaras de control de tráfico

Los nuevos coches ofrecen unas prestaciones y suavidad de marchas que pueden propiciar una circulación involuntaria por encima de los límites establecidos. Con radares y cámaras de seguridad cada vez más presentes en toda Europa, un equipamiento Ford que permite a los conductores limitar la velocidad máxima de su vehículo se ha convertido en favorita de manera inesperada.

El limitador de velocidad ajustable de Ford permite a los conductores marcar un máximo de velocidad para así evitar superar los límites establecidos y ser multado por ello.

¿Debería reducirse la velocidad hasta los 90 km/h?

Cuando el ejecutivo decidió rebajar la velocidad máxima a los 110 kms/h en autovías y autopistas de España por motivos económicos, esgrimió como una de sus razones el ahorro de gasolina que ello supondría. Sin embargo, no han sido pocos los expertos que han recomendado, o declarado, que un descenso de hasta los 90km/h sería lo más lógico en motores de combustión interna, por su propio funcionamiento.

Pero, ¿cuáles son las razones para ello? En un motor de explosión interna que fuera "perfecto de funcionamiento", es decir, que se quemara toda la mezcla que llega a los cilindros, todo el carbono de la gasolina se uniría con el oxígeno, y el gas de escape contendría únicamente agua (H2O) y bióxido de carbono (CO2), los dos totalmente inofensivos. Pero como esto no ocurre, la gasolina que no se quema o se quema parcialmente produce monóxido de carbono (CO), óxido de nitrógeno (NOx) y parte del vapor de agua contenido en la gasolina que no se ha quemado.

Cuatro de cada diez españoles circulan por encima de los límites de velocidad legales

La seguridad vial es una cuestión que siempre se puede mejorar, sobre todo cuando cuatro de cada diez españoles (un 39%) declaran tener un estilo de conducción 'ágil' y circular 'un poco por encima de los límites de velocidad', según las conclusiones del estudio 'Hábitos al volante', elaborado por la plataforma de vehículos online AutoScout24 con motivo del verano y de los numerosos desplazamientos que se producen por carretera durante este periodo.

El informe, realizado entre cerca de un millar de usuarios, constata que rebasar los límites de velocidad es una práctica extendida, ya que casi tres de cada cuatro automovilistas admiten conducir "de vez en cuando" más rápido de lo permitido, un comportamiento que atribuyen a unos límites establecidos "que no son creíbles". Por el contrario, sólo uno de cada cinco asegura que nunca se salta los "topes" marcados.