La llega de Fernando Alonso a McLaren y de Carlos Sainz Jr. a Toro Rosso añade interesantes alicientes para el próximo año.
Cuando a principios de la temporada pasada la plataforma de pago Movistar Televisión se hacía con los derechos de la Fórmula 1, pocos podrían prever lo mucho que cambiaría esa competición en un año. La arriesgada apuesta del operador español sucedía en un momento anodino, en donde la Fórmula 1 perdía seguidores (y por lo tanto también televidentes) a manos llenas. La sequía de los últimos años de Fernando Alonso en Ferrari, tras un inicio con la escudería italiana prometedor, junto con el dominio absoluto de Red Bull, había hecho que las carreras se convirtieran en algo soporífero, aburrido e insulso para los seguidores y aficionados no demasiado amantes a ese espectáculo del motor. Pero en un año las cosas han cambiado radicalmente. Las expectativas se han abierto, hay muchas más oportunidades en un abanico en el cual los motores híbridos han tenido mucho que ver. Cierto que del dominio de Red Bull se ha pasado al dominio de Mercedes-Benz, pero la posibilidad de evolucionar más motores y coches, y la llegada de Honda al panorama, ha dado nuevas y renovadas posibilidades al resto de escuderías.
Por si ello fuera poco, lo inesperable a principios de temporada acabó ocurriendo: Fernando Alonso dejaba Ferrari, para irse al prometedor proyecto de McLaren Honda. Hay que aplaudir la capacidad de visión que han tenido en Movistar TV, adquiriendo los derechos de una competición en la cual en España ya pocos apostaban por ella. De hecho, hasta Antena 3 decidía marcharse tras renovar sólo dos temporadas.