Volkswagen adelantó esta semana que están preparando una actualización, un "parche", para sus motores diésel con el software camuflado de los Audi, Skoda, Seat y Volkswagen. Esperan tener ya a punto ese parche a finales de mes, para solventar el problema de las excesivas emisiones de sus motores.
Pero a una gran mayoría de propietarios de estos coches les asalta ahora la duda de qué consecuencias traerá esa actualización, y qué efectos sobre el rendimiento de su motor acarreará actualizarlo. Los milagros es difícil que se produzcan, menos aún en esta materia donde se exprimen los motores al máximo para que puedan cumplir la normativa anti-emisiones. Por lo tanto, parece evidente que este parche hará que el motor contamine menos a costa de rebajar algunos de sus caballos, es decir: reduciendo su potencia.
A grosso modo, será como si el motor estuviera constantemente pasando la prueba de control de humos, lo que reduciría bastante sus prestaciones.
Con el software camuflado Volkswagen, Seat, Skoda y Audi conseguían que sus motores fueran superiores a los de la competencia, rindiendo más sin los compromisos a los que se tenían que enfrentar (y superar) los motores de sus rivales. Pero ahora las tornas han cambiado, y se han dado la vuelta completamente: los motores actualizados tendrán que cumplir una normativa de emisiones para la que no estaban preparados ni diseñados en un principio.
Y en lugar de los diesel de los otros fabricantes, diseñados -en teoría- para enfrentarse a esas cifras de bajas emisiones, ahora los propulsores del grupo VAG tendran que hacerlo solamente vía software, no mecánicamente, lo que se convierte en un hándicap. Por decirlo de alguna forma y para que se entienda, es como si Volkswagen "capara" los motores.
Con todos estos inconvenientes alguien podría plantearse la opción de no actualizar su motor, es decir: seguir utilizando su coche con el software camuflado, de manera que no cumpla con las especificaciones legales para circular. Quien haga eso se enfrenta precisamente a incumplir la ley, su coche no sería legal ni homologable y, por tanto, no podría circular con él. El reto de muchos de los propietarios y el dilema con el que se enfrentan ahora no es algo baladí, por lo tanto. No me gustaría estar en su pellejo.
Eso sí, mi recomendación es que los actualicen. Ir por ahí conduciendo un coche con un plus de contaminación mas no solo es una desventaja a nivel legal y un riesgo, que casi me atrevería a decir es lo menos importante, sino un daño a la salud y al medio ambiente de todos los habitantes del planeta. Sé que no es culpa directamente de quienes adquirieron en su día un coche sin saber que estaba "trucado" de fábrica, pero el destino ha hecho que ahora la responsabilidad esté sobre sus espaldas, y no les queda otra que enfrentarla.
| Lodewijk Huelga para Revista Coche
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