
El interés de las empresas españolas por incorporar vehículos eléctricos a sus flotas ha caído un 90% en el último año debido a los múltiples obstáculos que rodean a su implantación definitiva. De hecho, tan sólo un 2% de las empresas españolas apostará por el vehículo eléctrico antes de 2014, mientras que el año pasado el 21% tenía intención de hacerlo, según revela la IV edición de El Barómetro del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, compañía de renting del Grupo BNP Paribas.
El estudio –realizado entre más de 4.500 gestores de flotas de pymes y grandes empresas en quince países, con el objetivo de determinar las prácticas actuales y tendencias futuras en este sector- pone de manifiesto que este clima de desengaño no es exclusivo de España, sino que se extiende por toda Europa, donde sólo un 4% de las empresas planea sumarse a la moda eléctrica en los próximos tres años, frente al 21% de 2010.