Con el último movimiento de Renault (el establecimiento de una fábrica de baterías para automóviles eléctricos en Portugal) el fabricante galo quiere dejar claro que quiere seguir siendo líder en el mundo del automóvil durante las próximas décadas, convirtiéndose, con ello, en el primer europeo en tener una fábrica propia, sin depender de otros fabricantes o marcas.
Porque las fábricas de producción de baterías para autos están, actualmente, en Asia y en Norteamérica, siendo la de Portugal la única del viejo continente, y la única, además, de una marca de automóviles europea.
Dentro de dos años la fábrica comenzará su producción, y Renault tendrá en la calle nada menos que tres modelos eléctricos, con presencia en todos los segmentos principales (algo que ningún fabricante europeo tendrá): el Twizy, el Zoe (como modelo compacto), el Fluence (como modelo berlina) y el Kangoo (como modelo comercial o LCV). Además, contará también con Nissan, que tendrá variantes eléctricas de su furgoneta NV200 (prevista su lanzamiento para dentro de dos años) y, para ya, el próximo año, su modelo Leaf.