
Parece que fue ayer, pero han pasado ya tres décadas desde que nació un concepto que revolucionó el mundo de la competición. La llegada del Audi quattro al Campeonato del Mundo de Rallies dio un giro radical a esta especialidad, dejando una huella imposible de borrar. Treinta años después el sistema sigue plenamente vigente en el deporte de los tramos cronometrados, donde todos los vehículos punteros son de tracción a las cuatro ruedas, y también han sido numerosos los certámenes de circuitos en los que ha triunfado.
Los más escépticos dibujaron una sonrisa al conocer que Audi pretendía ganar en el Mundial de Rallies con un vehículo equipado con tracción a las cuatro ruedas. El que no pensaba que su fiabilidad no aguantaría los rigores de los tramos cronometrados, creía que al repartir la potencia a los dos ejes su competitividad se quedaría muy comprometida. Incluso muchos pensaban que un modelo de cinco cilindros nunca sería ganador. Pero todos ellos se tuvieron que rendir ante cuatro garras que han dejado una huella imborrable en la historia mundial del automovilismo.