
Todo el mundo sabe -o casi- que lo que más contamina y lo más peligroso de todo lo que sale por los tubos de escape de los coches no es principalmente el CO2 (que también), sino los dañísimos y nocivos NOx, y las partículas altamente alérgicas, cuyos principales productores son los motores diesel. Por ello, el gobierno español quiere que todo el mundo se conciencie de ello, y ¿qué mejor forma de hacerlo que apuntando directamente a los bolsillos? Porque parece que en España, si no es amenazando con tocar el dinero, no se aprende. Porque de esto se lleva hablando mucho (y muy largo tiempo) y, aún así, el diésel es el tipo de coche que más se vende: nada más y nada menos que el 70% de todas las ventas de coches el año pasado fueron de este tipo de motor.
La medida podría estar en marcha en sólo unos meses, el tiempo en que el gobierno tarde en redactarla y en llegar a acuerdos con los diferentes ayuntamientos para aplicarla. Entre las consecuencias de esta medida estarían un aumento del impuesto de circulación (la popular "viñeta"), que grabará de un modo más acusado a los coches diésel y, de entre éstos, a los más antiguos.