Aunque no tenga nada que ver con Red-Bull (puedes ver por tí mismo que incluso ni lleva los colores, puesto que el amarillo y negro es la gama cromática de Renault), Renault se arrima "al ascua que más calienta", y ahora ese ascua se llama Red-Bull. Aunque con ellos "sólo" les una que les vendan su motor (hay muchas escuderías a las que también se lo venden), pasados los buenos tiempos de la escudería por la Fórmula 1 (y aquéllos dorados años con Fernando Alonso), la casa francesa ahora se dedica a hacer estas ediciones especiales sacadas de la manga y un poco puestas a calzador con la única intención (¿alguna vez, alguna empresa, tiene una intención diferente? Lo que quieren es vender) de que alguien "pique" y se lo compre.
Dicho todo lo anterior, hay que reconocer que la gama cromática de Renault en competición le queda muy pero que muy bien a este Clio R.S., y, ante lo cual, la única solución mejor que se nos antoja para todos los puritanos y fieles seguidores de Renault (entre los que me encuentro), es que, si alguien tiene la suerte de poder comprárselo, lo primero que haga incluso antes de salir del concesionario es quitarle las pegatinas y placas Red-Bull y dejarlo "auténticamente Renault".
