
El Renault Clio supuso un punto de inflexión para Renault. Fue el primer coche popular en adoptar la nueva identificación de modelos mediante letras, y no con números como venía siendo habitual hasta entonces en el fabricante francés. Y es que con el Clio, Renault entraba en un controvertido dilema: seguir usando las denominaciones mediante números, o usar nombres para sus modelos. El problema era que los números de la serie media (esto es, los vehículos donde el fabricante del rombo tenía más modelos) ya estaban agotados. El último en usar el que quedaba (el 19), fue el Renault 19.
Oficialmente Renault declaró por aquéllos días que se pasaba a las letras "porque eran más fáicles de recordar" para el público en general.