
A causa de la legislación cada vez más estricta respecto a los límites sobre emisiones, la importancia de los sensores de gases de escape sigue aumentando. Al mismo tiempo, crecen los requisitos de los fabricantes de automóviles en relación con el espacio de montaje, la exactitud de las mediciones y la robustez de dichos sensores. Por eso, Bosch sigue impulsando el desarrollo y la mejora de las sondas Lambda.
Con la sonda LSF Xfour se inicia ahora la fabricación en serie de la generación posterior a la sonda de salto LSF4.2, que ha demostrado en los últimos años su excelente capacidad. La nueva sonda Lambda es más pequeña y más robusta y consigue, al mismo tiempo, una mayor exactitud en sus mediciones y una reacción más rápida una vez que el motor arranca.