Peugeot 208 VS Renault Clio, ¿con cuál nos quedamos?

La presentación ayer del nuevo Renault Clio supone un punto y aparte para Renault, una prueba de fuego que es imperativo superar. ¿Por qué? Porque es en ese sector del segmento medio donde se ponen a prueba los nuevos diseños adaptados por la casa del rombo con la llegada del nuevo diseñador jefe; porque es ahí, en un segmento donde se dan los mayores números de ventas en Europa, donde se podrá ver si ese nuevo diseño y esa nueva corriente tendrá futuro. Además, porque no hay vuelta atrás: la introducción de las nuevas tecnologías (como la downsizing) y la inversión que se ha llevado éste nuevo Clio hace que sea de capital importancia que tenga éxito. Sino el revés para Renault será tremendo. A todo eso se une ahora, encima, la crisis económica (que en Francia también afecta, menos, pero afecta), en donde van a tener que apoyarse en los desarrollos que estrena éste Clio quieran o no, de cara al futuro. Y partir hacia el futuro con un proyecto que puede ser una debacle en el mercado no sería nada bueno. Encima, las pocas ventas de coches, en general, en Europa (también producto de la crisis), hace que si presentas un modelo atractivo y competitivo puedas apoyarte en él con fuerza para que sobreviva tu industria, pero si, frente a los japoneses, coreanos y a los demás europeos, tu proyecto no se sostiene, puedes acabar en la ruina.

Renault lo sabe muy bien, y ha apostado fuerte por él. Introduce una caja de cambios automática en el segmento de los compactos, para competir con los Volkswagen, Audi y BMW. Nuevos motores (algunos aún sin homologación, no lo estarán hasta el año próximo, lo que da una idea de la ingente cantidad de recursos que emplean y lo importante que es el nuevo Clio), y tecnología como la GSI indicadora de cambios, además de seguir potenciando su línea "verde" Eco2.


¿Habrán acertado? Más aún, ¿habrán acertado respecto a otras marcas que han optado más por la economía y simplicidad, como Fiat, que intenta divulgar por todos los rincones sus motores pequeños de tres cilindros? Sólo el tiempo podrá responder a esta pregunta. Pero mientras tanto tenemos otra, no menos importante: su gran rival, el Peugeot 208, será el primer espejo en el que se mirarán los potenciales clientes para elegir entre uno u otro. ¿Es mejor el Clio? Y si lo es, realmente, ¿cuánto mejor?

Hay una cosa en el Clio que ya, de principio, no me gusta. Demuestra un poco la línea de diseño por la que van, pero que de practicidad es nula. Entra por los ojos, pero a la hora del día a día te va a dar más de un disgusto, sobre todo si te compras un coche para durar, y no simplemente "para lucir". Hablo de la tercera ventanilla lateral. Una minúscula ventanilla que, al contrario que en los Fiat, no te sirve para que los pasajeros miren lo que viene por la acera, salvando el punto muerto. En el Clio es simplemente estética. Es decir, tienes un adorno caro que, encima de no ser útil, te va a suponer un quebradero de cabeza: el cristal se puede romper, la goma deteriorar y, finalmente, supone un gasto de mantenimiento más (incluyendo el gasto en aplicadores para evitar que la goma se cuartee y mantenerla flexible). Un punto menos para el Clio. Y un punto más para Peugeot, porque Peugeot ha sustituído esa parte, en su versión de cinco puertas, por un plástico. Un simple plástico que no tendrás que hacer nada para mantenerlo: simplemente dejarlo estar y disfrutarlo.

Renault ha intentado, por un lado, contentar a todos. En el Clio introduce, como Fiat, su nuevo motor de 3 cilindros, que, como tiene menos potencia que una bicicleta, han tenido que exprimirlo al máximo introduciéndole un turbo. Con esto se logra un TCe de gasolina de 90 CV. El problema con el de Fiat es que el motor de la casa italiana posee una distribución por cadena. En Renault la distribución es por correa, con lo que otro mantenimiento más a añadir a tu lista de gastos. Y cambiar la correa de distribución todos sabemos que no suele ser precisamente algo barato. ¿Por qué en Renault no miran éstas cosas? ¿Tan poco les preocupa lo fiables que sean y lo económicos que resulten sus coches de mantener? A saber. Lo que está claro es que es un punto menos para el Clio. Ya van dos.

Peugeot también tiene en su 208 motores de tres cilindros, son los 1.0 y 1.2 VTi. Son idénticos en emisiones y consumos que el del nuevo Clio (4,3 litros a los cien, y 99 gr/km de CO2). La intención es con ellos "librarse" de los impuestos a los coches más contaminantes. Pero los VTi de Peugeot parten de los motores de BMW, y en este sentido no hay color. No hay comparación entre el motor de BMW y el motor de Renault: simplemente el BMW es infinitamente mejor. Si hablásemos de los motores THP de Peugeot, la comparativa podría inclinarse a favor de Renault. Pero con los VTi el fabricante del rombo no tiene nada que hacer. Los motores BMW han sido durante años galardonados como los mejores motores del año, y tienen su por qué. Un VTi le da mil vueltas a cualquier otro motor de su clase.

Y cerramos esta pequeña comparativa con el interior. Aunque ésto entra bastante en los gustos de cada uno, he de decir que el nuevo Clio es, simplemente, desastroso. Su interior sigue la línea del exterior, es decir: prima la belleza visual sobre la practicidad. No está mal, si te vas a comprar un Clio para ponerlo de adorno en tu salón, y seguro que nada más acceder a su interior en el concesionario te llama la atención. Pero en el día a día... no. Lamentablemente en el día a día comprobarás que los bordes plateados, sus esferas y subesferas sobrecargadas y los bitonos molestan más que ayudan. En el 208 todo es más clásico, pero está mucho más accesible, el navegador sobresale para que no tengamos que estirar mucho el brazo para alcanzarlo, y la consola central está mucho mejor pensada, acumulando allí todos los botones "innecesarios" para no sobrecargar la zona del conductor. Luego, los relojes están sobreelevados, dejando una visión clara, y no embuídos en lo más profundo del salpicadero como en el caso del Clio.

El Peugeot se está vendiendo "como rosquillas". Por algo será. No obstante adolece, y es uno de sus puntos más flojos, de un modelo automático. Y su precio tampoco es de los más baratos o competitivos. Pero de cara al nuevo Clio, hay que reconocer que es bastante mejor. Mucho mejor.

| Redacción: Revista Coche