María Segui estrena cargo como directora general de tráfico y, como sus predecesores, quiere dejar su sello en la forma de obtener el permiso de conducir. Si su predecesor, Pere Navarro, casi acabó "regalándolo" porque pensaba que el carné de conducir era casi como un documento sin ninguna validez práctica a la hora de ponerse al volante (te garantizaba conducir, pero no es garantía de conducir bien, según se llegó a pensar), su sustituta endurecerá su obtención.
Entre las novedades que entrarán en vigor el próximo año estará un nuevo test práctico, que se realizará por ordenador (y no en papel como hasta ahora) y que tendrá más preguntas. Pero lo más duro será sin duda el nuevo test de prácticas. Estará basado en la denominada "conducción autónoma", y, simplemente, el examinador pedirá al aspirante que conduzca hacia un determinado destino. Cómo y cuánto tarde en hacerlo será problema del aspirante.
Esto se traducirá, por tanto, en más clases prácticas, o, lo que es lo mismo, más tiempo de conducción y más dinero para las autoescuelas, que sin duda aplaudirán esta medida.
También entrará en vigor otras medidas con respecto al tráfico, entre las que se encuentran la disminución de velocidad a los 90 km/h en carretera fuera de población (en lugar de los 100 km/h actuales), y el descenso en núcleos urbanos de la velocidad máxima permitida a los 30 km/h (actualmente en 50). Esta última medida trata de fomentar el uso de bicicletas en las ciudades, para lo cual, además, se prohibirá conducir a éstas por las aceras, "salvo en casos muy especiales".
El problema de bajar la velocidad máxima en ciudad estriba en que en la práctica nadie lo cumple. De hecho, ciudades como Oviedo llevan años con esa medida, y prácticamente es inexistente el cambio, de tal forma que ha llevado al ayuntamiento a instalar sensores de velocidad en algunas carreteras para que los conductores no pasen el límite. Pero ni caso. Mucho me temo que en el resto de ciudades ocurrirá otro tanto parecido. Será una medida "de adorno", de cara a la galería, pero materialmente inservible, ya que casi nadie la pondrá en práctica. Los conductores porque argumentan que ir a 30 km/h es como estar parado, y que ir a esa velocidad es peor que ir andando.
| Redacción: Revista Coche | Alcance: España
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