
Si alguien de los que levantaron a Pegaso, levantaran hoy en día también la cabeza, volverían a esconderse bajo tierra. Porque sí, es lo que hay, y cada vez, si seguimos así, habrá más. ¿"Más" de qué? Pues más "de estos". Me estoy refiriendo a camiones chinos.
Iveco ha decidido irse de espantada en todos los sitios en donde estaba y que le dieron su mítica historia que la mantiene en pie aún hoy en día. Se fue de Santana Motor, dejó tirada por no se sabe dónde su apuesta por Pegaso, se refugió en su país natal Italia y, para rizar el rizo, ahora saben que el futuro es chino, porque es donde pueden ofrecer camiones a un precio competitivo en la sociedad globalizada de la actualidad y gracias a los trabajadores esclavos chinos (y a que pueden contaminar "sin fín", no lo olvidemos, allí en el país asiático).