
BMW ha presentado esta tarde de manera oficial su nuevo M5, un modelo que muchos califican de "simplón" (quizá porque ya lo quisieran tener ellos entre sus manos... lo que hace la envidia), pero que, a decir verdad, sigue la estética y filosofía de los precedente. Cualquier aficionado medio a la marca bávara sabrá de sobra que los M de BMW no se destacan precisamente por sus enormes alerones, ni sus spoilers super-mega-sobredimensionados (eso es algo que algunos de sus dueños hacen a posteriori, pero solo a posteriori), sino en el aspecto mecánico y dinámico, que es, además, donde este nuevo M5 también destaca. Es decir: es tuning no para aparentar, sino para pelear. Por decirlo así y para que nos entendamos.
Para pelear en el buen sentido, lógicamente: en la carretera, demostrando sus buenas cualidades deportivas.