Informe sobre el riesgo de mortalidad según la edad del coche


¿Un coche antiguo es más peligroso que uno nuevo? En relación con la siniestralidad, y según la antigüedad del vehículo ¿existen diferencias en cuanto al uso, la climatología, el tipo de colisión o el tipo de vía? RACE, en colaboración con Bosch, ha analizado el riesgo de mortalidad basado en la edad del parque de turismos, a través del estudio de la accidentalidad de los últimos años en España. El informe también examina los planes de incentivos a la renovación del parque, la protección de los ocupantes en los últimos 20 años, la evolución del equipamiento de los vehículos, las pruebas EuroNCAP o el estudio de la reducción de la siniestralidad y de la mortalidad equipando distintos sistemas de seguridad activa y pasiva.

La reducción de las matriculaciones de turismos ha provocado el envejecimiento del parque, pasando de casi 1.7 millones (años 2004 a 2007) a poco más de 800.000 las unidades vendidas en 2011. Con este dato, la antigüedad media del parque en España en 2012 era de 10,3 años. En cuanto al número de vehículos en circulación, en 2011 uno de cada cinco turismos tenía más de 15 años, y casi la mitad tenía más de 10 años, pese a los planes de incentivación iniciados en 1994.



Por otro lado, entre 2009 y 2011 se ha producido un aumento en el peso de los accidentes de los vehículos con más de 10 años en los siniestros con víctimas, y también un aumento en el porcentaje de vehículos con más de 15 años en el conjunto de accidentes con víctimas. No solo aumenta el número de colisiones, sino también el peso sobre el total de siniestros respecto al total.

Analizando los datos de fallecidos por siniestros de tráfico en 2011 en España, según el tipo de vía y la edad del vehículo, los turismos con una antigüedad de entre 15 y 25 años son los que presentan un mayor riesgo de mortalidad en caso de accidente. Por el contrario, los vehículos más nuevos (entre 0 y 4 años) son los que ofrecen una mayor probabilidad de sobrevivir en caso de colisión.

Según el uso del vehículo durante la semana, también existe un mayor riesgo de fallecer en caso de accidente con lesiones si viajamos en un vehículo con más de 15 años que con respecto un vehículo de menor edad. Por climatología, los turismos entre 15 y 25 años son los más lesivos en caso de siniestro con buen tiempo o con llovizna, principales causas atmosféricas de accidentalidad. En el caso de la llovizna, el riesgo de fallecer en un impacto se multiplica por tres en un vehículo con más de 15 años respecto a un vehículo nuevo.

También los turismos con más años son los que presentan un ratio de fallecidos por accidente con víctimas, muy superior al resto, en todos y cada uno de los principales tipos de siniestros. En las colisiones fronto-laterales, el riesgo de fallecer es cuatro veces más alto en un vehículo de entre 15 y 25 años que en uno nuevo. Y si tenemos en cuenta los datos de accidentes con víctimas entre 2010 y 2011, los turismos entre 15 y 25 años son los únicos que aumentan en siniestralidad en los cuatro tipos de impacto.

En resumen, los vehículos con antigüedad entre los 15 y los 25 años obtienen los ratios más altos de mortalidad en relación a los accidentes con víctimas, ya sea por tipo de vía, por factores atmosféricos, por tipo de accidente o incluso por siniestros según el día de la semana.

Para conocer mejor la evolución de la seguridad de los vehículos, el informe también recoge las conclusiones de una prueba de impacto en el que se comparaba un choque entre vehículos con una diferencia de 20 años. Los resultados en seguridad demostraban como el conductor de un utilitario moderno (2007) sufría heridas de consideración, pero no había que temer por su vida. Por el contrario, el conductor del vehículo antiguo sufría lesiones que pusieron su vida seriamente en peligro y, quedaba atrapado en la cabina destrozada.


Potencial de reducción de accidentes (PRA) y de fallecidos (PRF)
Junto al análisis de la situación de siniestralidad y antigüedad del parque, uno de los objetivos del estudio era conocer como los sistemas de seguridad intervienen en la reducción de los siniestros o en la gravedad de las lesiones. Los sistemas se pueden dividir en seguridad activa, que reduce el riesgo de accidente, y en seguridad pasiva, que ayuda a disminuir el riesgo de lesiones en caso de impacto. Según cada caso, y basado en investigaciones, se ha calculado un potencial de reducción de accidentes (PRA) y de fallecidos (PRF) por sistema de seguridad. Por ejemplo, un vehículo con ABS reduce un 6% el riesgo de colisión 1, por lo que aplicando estos cálculos en España, se podrían reducir 3.962 accidentes con víctimas en turismos tanto en zona urbana como interurbana (PRA), sobre un total de 66.030, y en 59 los muertos en turismos (PRF) sobre un total de 977.

Si consideramos el ESP, un informe sueco afirma que reduce un 22,1% los accidentes por salida de la vía y un 32% los siniestros en condiciones climatológicas adversas. Si tomamos como base los accidentes con víctimas en España producidos en ciudad y en carretera, el número de accidentes en los que se ha visto implicado la llovizna (3.336), la lluvia fuerte (841) y el viento (199), se podrían evitar 1.400 accidentes con víctimas por climatología adversa (PRA) si todos los vehículos equiparan ESP. Y si tomamos como referencia las colisiones por salidas de vía en ciudad y carretera, se produjeron un total de 1.713 siniestros por llovizna, por lluvia fuerte 457 y por viento 90, por lo que se podrían reducir 723 accidentes por climatología adversa con salida de vía (PRA).

Cinturón de seguridad y SRI. Si todos los pasajeros de turismo llevaran puesto siempre el cinturón de seguridad en sus desplazamientos, se podrían salvar la vida de 115 personas (como resultado de sumar los fallecidos sin cinturón en ciudad y carretera y dividirlo por la eficacia del 50%). En el caso de los sistemas de retención infantiles, con el uso correcto de los SRI se podría evitar la muerte de 14 niños, y lesiones a otros 3.844 menores.

Airbags. Tomando los datos de la DGT de accidentes en vehículos con más de 10 años, y calculando una reducción de las lesiones del 20%, se podría reducir el riesgo de daños en ocupantes ubicados en las plazas delanteras en 4.150 siniestros.

Y respecto al reposacabezas, presente en todos los vehículos, si todos los ocupantes hubieran utilizado de forma correcta este sistema, se podrían haber evitado lesiones en cuello y en zona cervical en 236 personas, según los datos recogidos en el anuario estadístico 2011, lesiones alguna de ellas medulares.

En el futuro...
La tecnología avanza hacia unos mayores niveles de seguridad, con el objetivo de evitar las colisiones y, en el caso de que se produzcan, los daños. En la actualidad, los usuarios pueden encontrar diferentes sistemas de asistencia al conductor que facilitan la conducción, reducen los consumos, y mejoran la seguridad. Sistemas como el mantenimiento del vehículo en el carril, podrían reducir los accidentes por salida de vía hasta un 25%, según el estudio "Cost benefit assessment and prioritization of vehicle safety technologies" publicado por la Dirección General de Energía y Transporte (Comisión Europea) en 2006.

¿Qué hace falta para seguir reduciendo los siniestros y sus consecuencias? Lo primero es informar al usuario sobre los beneficios que supone equipar estos sistemas en el vehículo, y saber cómo funcionan para conocer sus límites. Por ejemplo, el detector de fatiga ayudaría a reducir los 112 muertos por cansancio al volante en 2011, siempre que el conductor actúe de forma responsable ante el aviso de conducción prolongada, parando a descansar. En este sentido, desde RACE y Bosch creemos que se deben mantener las ayudas a la renovación del parque, ya que se ha demostrado la relación que existe entre la reducción del riesgo de lesiones y la matriculación de vehículos nuevos, a la vez que se mejora la eficiencia energética y se reducen de las emisiones.

A la hora de comprar un vehículo se debe promocionar el equipamiento en seguridad, ya que no se trata de un coste, sino de una inversión que redunda en menos accidentes y menos lesiones. Por ejemplo, el Control de Crucero Adaptativo (ACC) podría evitar el 5,7% de todos los potenciales accidentes de tráfico, reduciendo un 3% el consumo de combustible y las emisiones contaminantes según un estudio del proyecto EuroFOT. O el sistema predictivo de frenada de emergencia, que avisa al conductor en la fase previa al riesgo de colisión por alcance y, si es necesario, interviene de forma activa a la hora de frenar, ayudando a reducir hasta un 27% los accidentes de tráfico y heridos, lo que equivaldría a una reducción de 5.288 siniestros en España.

| Fuente: RACE | Alcance: España

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