
A Toyota le ha sentado muy mal que ya no sea la marca que más vehículos vende, o que haya entrada en pérdidas de manera casi alarmante en los últimos meses, y al parecer los japoneses debe estar subiéndose por las paredes tratando de encontrar la fórmula para reducir costes.
La medida que han adoptado es la más simple y fácil, no obstante: pedirles a los proveedores que las piezas que les vendan, se las vendan más baratas. Lógicamente, esto tiene el peligro de que dichas piezas sean de peor calidad, además de que muchos proveedores ni siquiera podrían hacer frente a un recorte aún mayor del precio de fabricación.
Pudiera pensar alguien que esto redundará en beneficio del consumidor, haciendo que, a la vez, los automóviles de Toyota sean más baratos. Lamentablemente, es muy dudoso que vayan por ahí los tiros.
Las piezas que quieren los de Toyota que se las vendan más baratas son en torno a unas 200, todas ellas relacionadas con componentes de motor y transmisiones.
Fuente: Reuters
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