Los motores TSI de Volkswagen


A principios de 2006 se iniciaba una nueva era de los motores gasolina con los TSI. Desde entonces, la gama de TSI se ha desarrollado y convertido en un sinónimo de motores de bajo consumo y elevado par motor, tal y como lo fueron las siglas TDI, FSI y TFSI anteriormente. El Golf GT fue el primer coche en el mundo con un TSI. El “hermano pequeño” del Golf GTI tiene una potencia de 170 cv y un par de 240 Nm, con un consumo medio de 7,2 litros a los 100 km. Este Golf deportivo solo necesita 7,9 segundos para alcanzar los 100 km/h y ofrece una velocidad máxima de 220 km/h. Se ofrece de serie con un cambio manual de seis velocidades, además de DSG en opción, también disponible en otros TSI. El Golf GT con TSI es un ejemplo de que la economía y la deportividad pueden convivir en perfecta armonía en un motor de gasolina. De hecho, el empuje del TSI, que se inicia suavemente gracias al compresor y se mantiene con el turbocompresor, sin desfallecer en un amplio rango de velocidades de motor, es una característica que no ofrece ningún otro diseño de motor del segmento.

La característica técnica básica sobre la que se basa la reducción del consumo es la reducción de la cilindrada, y por consiguiente unas menores pérdidas por fricción. Esto da lugar a un motor más eficiente, pero que necesita la ayuda del compresor mecánico y de un turbocompresor, para aumentar su eficacia, y conseguir un sensacional empuje, limpio y ahorrador. Así, por ejemplo, el Touran TSI 140 cv consume solo 7,4 litros a los 100 km. Ese es el motivo por el que casi un diez por ciento de todos los pedidos de Touran de esta generación incorporan una mecánica TSI. Todas las ventajas de este motor, unidas al menor coste del mismo comparado con un motor diesel, lo están convirtiendo en una alternativa realista a este combustible.




Este motor es la primera mecánica, fuera del mundo de la competición, que consigue combinar un turbocompresor con un compresor volumétrico. La ventaja básica de esta mecánica de inyección directa de gasolina es que permite mejorar las prestaciones del vehículo, al mismo tiempo que reduce el consumo de combustible.

La clave de su funcionamiento básico es que, dependiendo de la potencia requerida por el conductor, la centralita de gestión determina la activación del turbo o el compresor, de forma independiente. El uso de estos sistemas permite una entrega de potencia más elevada desde unos regímenes de revoluciones inferiores y hasta los más elevados, cuando el turbo se pone en funcionamiento. En situaciones de conducción a velocidad estable, que no requieran altas revoluciones, el motor funciona en modo atmosférico, optimizando así el consumo.

Tras aportar a la historia del automóvil, tecnologías tan importantes como los motores TDI, el cambio DSG o incluso el propio concepto del Golf, Volkswagen apuesta por la tecnología TSI como el futuro de los motores de gasolina.



Fuente: Volkswagen | Galería de imágenes

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