
Corría el año 1969 y Seat llegaba a un acuerdo con Mercedes-Benz para montar su motor diésel de 1.8 litros (1.767 cc de cilindrada, para ser exactos) en su berlina de representación de la época: el 1500 (que pasaría a denominarse Seat 1800).
Se trata de uno de los primeros motores diésel utilizado por el fabricante español, y que supuso todo un hito, no sólo porque los turismos que montaban motores de este tipo eran contadísimos, sino por ganarse, merecidamente, la fama de duradero. Tanto es así que era el coche preferido de taxistas y de grandes ruteros, su robustez y fiabilidad estaban, por tanto, fuera de toda duda.