
Permitidme por un momento que sea demagogo, pero, aún a costa de parecerlo, voy a decirlo. Unas marcas -como Seat-, patrocinan y dedican su dinero a abanderar estrellas del rock y del fútbol a las que, encima, para nada les hace falta su patrocinio (porque ya son estrellas consagradas y patrocinadores tienen de sobra y por todos lados). Todos tenemos en mente sus patrocinios de Shakira, o de la UEFA, por mencionar solo algunos.
Otras marcas, como la propia Mazda, sin embargo, prefiere invertir el dinero en algo más provechoso para la humanidad -y para la sociedad- que no sea un espectáculo de miles de vatios: en ONGs. La verdad es que a mí no me gusta decir nada en contra de las marcas de coches, y no seré yo quien vaya contra ninguna de ellas, puesto que me gusta ser imparcial. Pero hay ciertas comparaciones que realmente asustan.