Mitsubishi llama a revisión al Outlander del año 2013, debido a que existe la posibilidad que al circular por un túnel, llevando conectado el sistema ACC (Control de Crucero Adaptativo) y el sistema FCM (Sistema de Mitigación de Impactos Frontales), el sistema interprete que llevamos un vehículo delante y automáticamente opere sobre el sistema de frenos y reduzca la velocidad del vehículo. En el peor de los supuestos el sistema quedaría inhabilitado al aparecer la advertencia de avería, no afectando a la funcionalidad del vehículo. Si el conductor no se da cuenta que el sistema se ha inhabilitado puede no frenar esperando que lo haga el vehículo. En el taller se sustituirá el software a los coches afectados.
También Mitsubishi llama a revisión a este mismo modelo porque existe la posibilidad de que aparezca una advertencia, en el cuadro de mandos, indicando la necesidad de revisar el sistema electrónico de asistencia a la dirección EPS (Electronic Power Steering); en el peor de los supuestos podría perderse la asistencia a la dirección notándose más dureza al girar el volante.
Toyota llama a revisión al Yaris de tercera generación debido a un problema electrónico. El coche cuenta con un sistema de dirección asistida que consiste en una unidad electrónica de control (ECU) y un conjunto de columna de dirección que incluye un motor eléctrico. Un relé dentro de la ECU proporciona la corriente eléctrica al motor. En el relé se podría condensar humedad que podría provocar un cortocircuito entre los terminales del conector. Si esto ocurriese, la ECU podría detectar un voltaje anormal y suspendería la alimentación de la asistencia eléctrica, encendería la luz de aviso en el cuadro y pondría en marcha un avisador acústico. La suspensión de la asistencia conllevaría un aumento de la fuerza necesaria para girar el volante, si esto ocurre al tomar una curva podría ocasionar la perdida de control del vehículo.
| Redacción: Revista Coche
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