Mejor conservar que construir carreteras


La conservación de carreteras es una de las partidas que más se ha ajustado para cumplir con la política de austeridad marcada desde Bruselas pero, lejos de suponer un gasto superfluo, representa una inversión muy rentable, ya que su coste es un 70% inferior al de levantar la misma infraestructura desde cero, según las estimaciones de la compañía de ingeniería y servicios energéticos Euroconsult.

Y es que la rehabilitación total o parcial de las infraestructuras viarias españolas en base a la medida de su comportamiento puede ser la única forma de garantizar que se mantengan en pie a medio y largo plazo, sobre todo, si hay que ajustar la inversión en conservación preventiva, la más importante de todas. Según datos del RACC y de la Asociación Española de la Carretera (AEC), el gasto en la Red de Carreteras del Estado ha descendido de 1.257 millones en 2012 a 818 en 2013 por lo que se hace imprescindible que ahora más que nunca se optimice la inversión.



Como cifra global, los 500 millones de euros anuales que se dejan de invertir en conservación preventiva se transformarán, en apenas diez años, en un desembolso de 2.500 millones de euros que se multiplicará hasta los 12.500 millones en el plazo de 25 años. Y es que cada euro que se deja de invertir en conservación preventiva supone al menos cinco euros de inversión futura, un coste que aumenta exponencialmente con el paso de los años.

Estos datos evidencian que una inversión sin criterio puede producir un deterioro de la calidad del patrimonio viario, que es uno de los principales sustentos de la cohesión social y actividad económica del país. En la actualidad, el 86% del transporte interior de mercancías se realiza por este tipo de vías, y nueve de cada diez trayectos de personas son también por carretera.


Con todo, Euroconsult destaca que la inversión en conservación tampoco tiene que ser indiscriminada, sino que debe analizarse en dónde, cuándo y cómo invertir para optimizar al máximo los recursos públicos empleados. Y, sobre todo, debe dirigir sus esfuerzos a la conservación preventiva, como por ejemplo al refuerzo de los pavimentos, repintado de las marcas viales y mejora de la señalización vertical.

Además de los beneficios inmediatos, la conservación alarga la vida útil de la infraestructura entre 20 y 30 años, por lo que no sólo se evita un mayor desembolso en su reconstrucción, sino que al mismo tiempo se amortiza la inversión inicial. El director técnico de Euroconsult, Fernando Sánchez, explica que "si se conserva de manera programada una carretera, a los veinte años puede mantenerse intacta, como recién construida".



| Fuente: Euroconsult | Alcance: España

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