Ya se que se dice que lo importante no es que sea bonito, sino que corra (siempre se suele dar esa excusa cuando el coche ni es bonito, ni corre), pero es que el engendro que presentaron ayer en HRT es espantoso. Y mira que era difícil superar en fealdad al del año pasado. Pues lo han hecho.
La combinación de colores elegida como decoración dan ganas de llorar: simplemente espantosa. ¿Es que una escudería, con 45 millones de euros de presupuesto, no tiene a nadie que les aconseje en este aspecto? Es demencial.
Pero por si esto fuera poco, encima hace que HRT pierda la poca identidad que tiene, porque el año pasado era blanca y negra, este año parece un Force India...
Todas las escuderías tienen, más o menos, sus gamas de colores "oficial", sobre la que trabajan. En HRT parece que lo único que tienen es una panda de chavales con plastidecores a quienes les han dicho que combinen unos cuantos sin usar muchos colores para no subir el precio. Inaudito.
Sobre el mono plaza en sí, no se puede decir gran cosa. Lo único que han podido rodar es con neumáticos de exhibición (los tests de pretemporada ya concluyeron el domingo pasado), y, eso sí, se puede ver un coche muy tradicionalista, con unas líneas que son la continuación del anterior. Su objetivo es intentar adelantar a Marussia (anterior Virgin F1) en el campeonato de construcctores. Si lo logran con semejante monoplaza, tan clásico y sin innovaciones, será poco menos que un milagro.
La parte buena es que con Pedro de la Rosa este año al volante de uno de los monoplazas, al menos encontraremos un aliciente para fijarnos en HRT. Lástima que le hayan dado un coche cuya decoración daña los ojos. Un diseño de colores así debería estar prohibido hasta en la Constitución.
| Redacción: Revista Coche
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