Project i, Megacity, electromovilidad: los vehículos eléctricos del futuro de BMW


En los tiempos que corren, nuestra sociedad, y con ella todo lo relacionado con la movilidad individual, se enfrenta a retos cada vez mayores. Cada vez son más los factores que influyen en la trascendencia de nuestros actos individuales y nuestras actividades empresariales. El mundo está sometido a grandes cambios desde el punto de vista ecológico, económico y social. Pero, ¿a cuáles de estos cambios debemos estar atentos y cómo se pueden prevenir?

El cambio climático y, como consecuencia de éste, el cada vez mayor calentamiento global son un hecho. La década entre los años 2000 y 2009 fue la más calurosa jamás medida, aunque los esfuerzos realizados en todo el mundo para contrarrestar sus efectos fueron también los mayores de la historia. Un nuevo aumento de la temperatura media tendría como resultado numerosas y trascendentales consecuencias, entre ellas un mayor derretimiento de los glaciales, el constante aumento del nivel del mar, cambios en las precipitaciones y un clima cada vez más extremo. Una de las causas del constante aumento de la temperatura media es el agravamiento del efecto invernadero natural por la acción del hombre. En concreto, debido al consumo de combustibles fósiles se genera CO2, el cual resulta muy dañino para el clima porque favorece el efecto invernadero y por tanto el calentamiento de la tierra. Para ralentizar el cambio climático e incluso poder detenerlo es necesario, sobre todo, reducir de forma drástica y rápida las emisiones de CO2 a la atmósfera. La solución pasaría también por sustituir el consumo de combustibles fósiles por el de energías renovables, así como por mejorar la eficiencia energética de todos los aparatos.



Escasez de recursos.
Además de los cambios climáticos, la preocupante escasez de recursos también influye de forma determinante en el mundo global. Importantes materias primas como el petróleo o los metales preciosos no son inagotables y sin embargo su demanda diaria aumenta. La razón del agotamiento de los recursos reside por un lado en la cada vez mayor industrialización de los países en vías de desarrollo. También contribuyen a este proceso el aumento de la población, un cada vez mayor nivel de vida y un uso irresponsable de las materias primas. La consecuencia es el incremento de los precios en casi todos los sectores de materias primas. Aunque el momento exacto no se sabe, en un futuro no muy lejano se alcanzará el punto máximo de demanda de petróleo a nivel global (peak oil o pico petrolero). A partir de ese momento, la oferta y la demanda seguirán caminos diferentes y ya no será posible satisfacer todas las necesidades. Por este motivo, la búsqueda de alternativas al petróleo se ha puesto en marcha a toda velocidad.

La sostenibilidad como tendencia social.
Debido a la cada vez mayor gravedad del desarrollo climático y de la escasez de los recursos, el hombre se toma cada día más en serio su papel dentro del sistema ecológico. Muchas personas ya están sensibilizadas: se consideran parte de un sistema global y desean actuar ya ahora de forma consciente y responsable en favor de las generaciones venideras, llevar un estilo de vida sostenible. Pero sostenible significa mucho más que "ecológico”. En general, el término “sostenibilidad” hace referencia a tres aspectos: uno ecológico, otro económico y otro social. La sostenibilidad ecológica tiene como objetivo conservar la naturaleza y el medio ambiente para las generaciones futuras, es decir, utilizar los recursos de forma responsable. La sostenibilidad económica fomenta una forma de actuar rentable que ofrezca una base duradera y sólida para el beneficio y la prosperidad. Por sostenibilidad social se entiende el desarrollo de la sociedad como una vía que permita la participación de todos los miembros de una comunidad. BMW Group se comprometió muy pronto con el tema de la sostenibilidad en sus tres facetas para conseguir un valor añadido a nivel empresarial, medioambiental y social.

El hecho de que la sostenibilidad también tiene un significado cada vez mayor en la economía queda patente en instrumentos como el Dow Jones Sustainability Index. Este tipo de índices bursátiles no solo valoran las empresas desde el punto de vista económico, sino que también consideran aspectos ecológicos y sociales. En este sentido, BMW Group es líder de su sector desde hace cinco años.


Mayor urbanización: la ciudad necesita nuevas formas de movilidad.
Otra tendencia que se puede observar es la cada vez mayor urbanización. Cada vez son más las personas que cambian el medio rural por el urbano, los pueblos se convierten en ciudades, los límites entre la ciudad y el campo se difuminan y se crean grandes urbes. Desde el año 2007, más de la mitad de la población mundial vive ya en ciudades. Según previsiones de la ONU, el porcentaje mundial de la población urbana superará hasta el año 2030 el 60% y en el año 2050 se situará en torno al 70%. Hoy en día ya hay en todo el mundo más de 130 ciudades con más de tres millones de habitantes.

Una manifestación especial de esta urbanización son las denominadas “megaciudades”. Según su definición se entiende por megaciudades o megaespacios urbanos las ciudades con al menos ocho millones de habitantes. En todo el mundo hay por el momento más de 30 de estas gigantescas ciudades, donde viven en total alrededor de 280 millones de personas. Al igual que el ritmo de crecimiento de estas ciudades sigue acelerándose, los desafíos como la falta de sitio y la contaminación también crecen. Y es que no todas las megaciudades son iguales: por definición, Shanghai, Londres, Los Ángeles o Tokio son en efecto megaciudades, pero son muy diferentes entre sí tanto en lo relativo a su infraestructura viaria como a las necesidades de sus habitantes respecto a movilidad individual. Las consecuencias del crecimiento en la infraestructura urbana son muy distintas de una ciudad a otra.

Las legislaciones reflejan un mundo en continuo cambio.
Incluso los gobiernos de diferentes países han tomado medidas a raíz del cambio climático y de la escasez de recursos. Con la entrada en vigor de certificados para vehículos no contaminantes, restricciones de acceso y ambiciosas leyes relativas a las flotas de vehículos intentan impedir el aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Así, Estados Unidos, Europa, China y Japón exigen hasta el año 2020 una reducción de las emisiones generadas por los vehículos de hasta el 30% con respecto a 2008.


La respuesta de BMW Group.
La movilidad del futuro requiere un reequilibrio de las necesidades globales e individuales. En el espacio urbano se exigen nuevas soluciones de movilidad individual. Éstas deben ser decididamente sostenibles y suponer las mínimas restricciones posibles, pero deben dejar espacio a la diferenciación. En este sentido, la reducción del consumo de combustible y de las emisiones adquiere una importancia cada vez mayor. BMW Group se ha percatado de estas necesidades y se ha fijado como objetivo hacer de la movilidad sin emisiones una realidad. En este contexto, BMW está desarrollando un vehículo que abre nuevas posibilidades en este campo y que se ajusta a las nuevas preferencias de los clientes.

“En el futuro, la movilidad individual también será necesaria. Los clientes seguirán queriendo poder decidir por sí mismos cuándo, a dónde y cómo viajar. Sin embargo querrán hacerlo de la forma más ecológica posible. Pero también seguirán queriendo diferenciarse, querrán destacar por encima de los demás por ejemplo mediante productos premium”. (Peter Ratz)

La electromovilidad como solución sostenible y desarrollo estable.
BMW ha visto en la electromovilidad una posibilidad para satisfacer las necesidades futuras en relación a la movilidad individual. Una de sus mayores ventajas radica principalmente en la supresión de las emisiones a nivel local. Dado que con la electromovilidad es corriente y no combustible lo que se transforma en fuerza motriz, durante la conducción no se emiten a la atmósfera gases perjudiciales para el clima. Si la energía necesaria para que un vehículo funcione se obtiene mediante regeneración a partir de energías renovables como, por ejemplo, la eólica o la hidráulica, resulta que la electromovilidad no tiene ningún efecto sobre el clima y cuida los recursos naturales ya que ni siquiera durante la generación de la energía necesaria se emite CO2 al medio ambiente. Así, los vehículos eléctricos contribuyen por una parte a reducir las emisiones y a aumentar la calidad de vida en las grandes ciudades. Por otra, la electromovilidad satisface de este modo la cada vez mayor necesidad de los clientes de actuar de una forma global, ecológicamente sostenible y respetando el medio ambiente.

“La electromovilidad permite desplazarse de forma individual sin perjudicar el medio ambiente con dañinas emisiones.” (Martin Arlt)

Dinámica, par y confort: la electromovilidad es sinónimo de satisfacción.
Pero la electromovilidad no solo no es contaminante. Además proporciona un incomparable placer al volante. No solo porque los vehículos eléctricos circulan prácticamente sin ruido. Pero también porque, en los motores eléctricos, todo el par está disponible ya desde el momento en que el vehículo está parado, lo que proporciona una gran agilidad y por tanto una gran sensación de diversión. Asimismo, los vehículos eléctricos aceleran sin interrupción hasta la velocidad punta.
“Todos los clientes que la han probado nos confirman que la electromovilidad es sencillamente divertida." (Ulrich Kranz)

Conducir con un motor eléctrico supone además otra particularidad. Si se levanta el pie del acelerador, el vehículo no sigue simplemente rodando, sino que la velocidad se reduce de forma drástica. El pedal del acelerador se convierte así en el pedal de conducción y permite, sobre todo a un ritmo medio y ligeramente variable, una conducción extremadamente cómoda. De este modo, en el tráfico en ciudad, alrededor del 75% de las operaciones de reducción de velocidad se pueden realizar sin tocar el freno. El momento de deceleración se utiliza también para la recuperación de energía. Tan pronto como el conductor levanta el pie del acelerador, el motor eléctrico se convierte en un generador que convierte la energía motriz en corriente y la almacena en la batería del vehículo. Así es posible recuperar hasta el 20% de la energía consumida.


¿Cuáles son los límites de la electromovilidad?
La electromovilidad está dando sus primeros pasos y por tanto, en algunos aspectos, aún queda mucho por innovar. El mayor reto es, sin duda, el perfeccionamiento del acumulador de energía. Debido a sus características específicas relativas a la densidad de energía y al peso, éste es actualmente el aspecto que más trabas pone a la electromovilidad.

Densidad de energía y peso del acumulador de energía.
De momento, en una batería tan solo se puede acumular una cantidad limitada de energía y la densidad de energía del conjunto de células es relativamente baja. Hoy por hoy, un acumulador de un vehículo eléctrico contiene aproximadamente la energía equivalente a entre dos y tres litros de combustible. Sin embargo, esto es compensado en parte por el elevado rendimiento de un motor eléctrico. Y es que, mientras un motor de combustión puede aprovechar como máximo un 40% de la energía del combustible, el motor eléctrico aprovecha hasta el 96% de la energía disponible. Esto significa por tanto que, con menos energía, un motor eléctrico llega mucho más lejos. En verdad, actualmente la autonomía de un vehículo eléctrico aún no es comparable con la de un vehículo de combustión, pero el desarrollo del acumulador de energía para uso automovilístico aún está dando sus primeros pasos. Por este motivo es posible suponer que, gracias al considerable incremento de los recursos destinados a la investigación, en los próximos años se seguirán consiguiendo avances tecnológicos. De este modo, los acumuladores de energía no solo podrán ser en el futuro mucho más baratos, sino también más ligeros y compactos, al mismo tiempo que la densidad de energía será mayor.

Además de la densidad de energía, el peso del acumulador de energía es el segundo aspecto que supone una limitación a la autonomía. En principio, a igual capacidad de la batería, cuanto menos pesa un vehículo, mayor es la autonomía. Debido a la menor densidad de energía, la batería que se utiliza para el funcionamiento de un automóvil tiene unas dimensiones similares a las de una maleta grande y su peso es por tanto altísimo. Si bien la autonomía podría ser mayor si se aumentara la capacidad de la batería, esto haría que la batería pesara aún más, lo cual contrarrestaría a su vez una parte de la autonomía ganada. Se trata por tanto de encontrar el equilibrio perfecto entre el peso y la capacidad del acumulador de energía y seguir incrementando la autonomía mediante la adopción de medidas como la construcción ligera consecuente y la implementación de estrategias de carga y aprovechamiento inteligentes. Además, el trabajo se centra también en reducir considerablemente los tiempos de carga mediante lo que se conoce como “carga rápida”, ya que para cargar completamente un vehículo electrónico aún se necesitan varias horas, durante las cuales no es posible utilizar el automóvil.

“Somos muy conscientes de los límites de la electromovilidad. Sin embargo ello no nos impide seguir trabajando diariamente, poco a poco, para ampliarlos". (Martin Arlt)

Los ingenieros de desarrollo de BMW Group han identificado los campos de trabajo de la electromovilidad que aún quedan por explorar y trabajan intensamente en soluciones óptimas con valor para los clientes. En este sentido, el Grupo BMW lleva a cabo importantes proyectos piloto en Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos para recabar valiosísima información sobre la utilización y el funcionamiento de vehículos eléctricos y poder orientarse así aún mejor hacia las necesidades de los clientes. Y, tal y como demuestran los primeros resultados de las pruebas del MINI E, BMW Group se encuentra en el camino correcto.


BMW Group persigue un enfoque global de futuro.
La electromovilidad es una parte fundamental de la estrategia EfficientDynamics, en el marco de la cual BMW Group lleva mucho tiempo reduciendo con gran éxito el consumo y las emisiones gracias a nuevas generaciones de motores muy eficientes, a medidas aerodinámicas, a la implementación de una innovadora construcción ligera y una inteligente gestión de la energía en el vehículo, obteniendo al mismo tiempo mejores prestaciones durante la conducción. Así, entre los años 1995 y 2005, las emisiones de CO2 de toda la flota de vehículos se redujeron en casi una tercera parte. Hoy en día, gracias a la estrategia EfficientDynamics, la empresa consigue ventajas adicionales en relación al consumo mediante la mayor electrificación del tren de propulsión hasta llegar a la hibridación. A largo plazo, EfficientDynamics significa la transición a una movilidad no contaminante mediante baterías eléctricas e hidrógeno obtenido por regeneración.

“A largo plazo nos moveremos exclusivamente mediante energías obtenidas mediante regeneración. Los recursos son demasiado valiosos como para gastarlos.” (Peter Ratz)
Sostenibilidad en BMW Group. Pero tener en cuenta solo el producto no es suficiente para BMW Group. En el futuro, BMW quiere mantener la capacidad de liderazgo demostrada con la estrategia EfficientDynamics también en el tema de la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor añadido. Por este motivo, la estrategia de sostenibilidad de BMW Group no solo establece la necesidad de continuar con la expansión de las tecnologías de accionamiento energéticamente eficientes y de desarrollar conceptos para conseguir una movilidad sostenible en grandes urbes. Además, en el marco de la filosofía Clean Production, en el proceso de producción deben seguir reduciéndose los recursos utilizados y los daños al medio ambiente. Y como parte de la sociedad que es, la empresa asume el compromiso de dar solución a desafíos sociales con el fin de contribuir activamente al establecimiento de las condiciones marco para la conducta personal dentro y fuera de la empresa.

“En toda la empresa estamos convencidos de que, en el futuro, será precisamente la movilidad premium la que se definirá con mayor énfasis que hasta ahora en términos de sostenibilidad. Es evidente que quien dice premium en el futuro también querrá decir sostenibilidad.” (Martin Arlt)

BMW orienta sus procesos y estructuras de forma consecuente hacia la electromovilidad.
Para dar también a los vehículos eléctricos el carácter de la empresa, BMW Group confiere un importante valor al desarrollo y al diseño de los elementos que forjan la identidad de un coche eléctrico. En el caso del acumulador de energía, los desarrolladores intentan sacar de las células de la batería el máximo rendimiento en cuanto a potencia y autonomía mediante una gestión efectiva del acumulador, inteligentes estrategias de servicio y una regulación óptima de la temperatura. La extremadamente eficaz propulsión también es un desarrollo propio.

Y es que BMW Group también se plantea para el futuro el reto de construir los mejores sistemas de propulsión para automóviles. Sistemas que se desmarquen de los de la competencia por su eficiencia y sus mayores prestaciones, aunque sea corriente y no combustible lo que se transforme en movimiento.

“Decir BMW es decir competencia en motores. Y así será también en el futuro.” (Patrick Müller)
En otros ámbitos, BMW Group mejora su know-how colaborando con competentes socios. Tanto con SB LiMotive, en el campo del desarrollo de células para baterías, como con SGL Automotive Carbon Fibers (SGL Group), en el desarrollo y la producción de fibras de carbono y esteras de fibra de carbono, los desarrolladores asumen conjuntamente valiosísimas competencias para poder seguir impulsando la movilidad individual también en el futuro. Así, en el marco del programa de empresa conjunta con SGL Automotive Carbon Fibers (SGL Group), se ha construido una fábrica de fibra de carbono de última generación que funciona con energía renovable en Moses Lake (EE. UU.) con el fin de fabricar el mejor material posible y poder procesarlo de forma rentable.


El Megacity Vehicle: movilidad sostenible en la ciudad.
El Megacity Vehicle (MCV) es una muestra de cómo concibe BMW la movilidad del futuro en las zonas urbanas. Como vehículo en Purpose Design, el MCV se ha orientado de forma consecuente en lo que a la construcción se refiere a las necesidades y requisitos de la electromovilidad. Y es que, como demuestra el trabajo de desarrollo realizado hasta ahora en el MINI E y en el BMW Concept ActiveE, la adaptación de un vehículo diseñado originalmente para funcionar con un motor de combustión (Conversion Vehicle) no agota todo el potencial de la electromovilidad. Por ello, el MCV integra los componentes motrices eléctricos recién desarrollados en una arquitectura totalmente nueva. La consecuente construcción ligera y la innovadora utilización de plástico reforzado con fibra de carbono completan este concepto de vehículo pensado hasta el más mínimo detalle.

BMW ya dio sus primeros pasos en la propulsión eléctrica en el año 1969 con un BMW 1602 electrificado. A lo largo de los últimos 40 años, BMW Group ha acumulado con la fabricación de numerosos prototipos y montajes experimentales un valiosísimo know-how en tecnología de propulsión alternativa y ensaya constantemente potenciales posibilidades de implementación. Entre otros con el BMW E1, un vehículo experimental que ya en el año 1991 reunía numerosas características de los coches eléctricos actuales y con el cual se pretendían descubrir en el terreno práctico las ventajas y desventajas de esta forma de propulsión. Pero fue en primer lugar con la tecnología de iones de litio cuando se abrieron perspectivas concretas para el desarrollo en serie, ya que ésta reunía los requisitos necesarios relativos a la estabilidad de ciclo y potencia y ya se había puesto a prueba varias veces en diferentes aplicaciones. BMW Group actuó rápidamente y pronto fue capaz de plasmar su know-how en un resultado con valor para el cliente: el MINI E. Este importante hito de BMW Group en el camino hacia la electromovilidad ya recorre las carreteras desde mediados del año 2009. Y con más de 600 MINI E, BMW dispone ya hoy de una de las mayores flotas de coches eléctricos en manos de clientes. Los primeros resultados de las pruebas constatan que la electromovilidad ya es, sin duda, un hecho cotidiano.

“Ha llegado el momento de los vehículos eléctricos”. (Patrick Müller)

BMW piensa más allá del producto.
La electromovilidad abre posibilidades completamente nuevas en torno a la automoción. Es posible imaginar diferentes servicios relacionados con la carga del vehículo eléctrico. Así pues, BMW colabora ya con proveedores de energía para hacer posible un acceso rápido y flexible a una energía “verde“. Otras posibilidades para conseguir que la electromovilidad tenga un valor de cliente aún mayor son los reguladores de carga inteligentes y la carga por control remoto. Así, BMW Group experimenta con sus socios la denominada carga controlada. Con esta estrategia de carga anticíclica, el automóvil eléctrico no se carga hasta que la demanda global de electricidad desciende o se dispone de energía renovable, por ejemplo durante la noche. Para ello simplemente se indica la hora tope a la que se desea cargar el vehículo. En función de las preferencias del usuario, el vehículo puede cargarse de una forma especialmente rápida o especialmente ecológica. A largo plazo se barajan ideas para convertir estos vehículos en una parte del suministro eléctrico y utilizarlos por ejemplo como acumuladores intermedios.

En el futuro, BMW Group concebirá la movilidad individual para espacios aún mayores. Puesto que la cada vez mayor urbanización hace que las necesidades de movilidad cambien día a día, BMW Group también contempla la prestación de servicios de movilidad en los que la intermodalidad de los medios de transporte desempeña un papel fundamental.

Con la vista puesta en los cambios que experimentan actualmente la sociedad y el medio ambiente, BMW Group dio a conocer a mediados de 2007 la nueva orientación de la empresa: la estrategia Number One, en la que el beneficio consecuente, la sostenibilidad del valor añadido y el aseguramiento de la independencia de la empresa ocupan un lugar principal. Pero, además del crecimiento en la actividad principal, para ello también es deseable abrir nuevos campos de actuación rentables dentro del ciclo de vida del automóvil y a lo largo de la cadena de valor añadido. Al mismo tiempo, BMW Group invierte de forma sustancial en tecnologías de futuro, nuevos conceptos de automóvil y sistemas de propulsión pioneros. El objetivo está claro: BMW Group seguirá siendo en el futuro el mayor proveedor de productos y servicios premium para movilidad individual.


Project i
En el marco de la nueva estrategia empresarial se realizó un amplio y minucioso análisis de la situación para averiguar qué es lo que mueve a la sociedad y cuáles podrían ser las posibles tecnologías, tendencias y desafíos para la movilidad del futuro, especialmente en el contexto de los cambios climáticos y demográficos. Una respuesta a esas preguntas es Project i.

“Con Project i, BMW Group se prepara para satisfacer las necesidades futuras de la movilidad individual.” (Martin Arlt)

La orden.
Con Project i, a finales de 2007 se puso en marcha una iniciativa cuyo objetivo consiste en desarrollar conceptos de movilidad sostenibles y con visión de futuro, siempre con la premisa de que de este proyecto debe tener lugar una transferencia de know-how a la empresa y a futuros proyectos de vehículos. El objetivo a largo plazo de Project i es proporcionar nuevos estímulos a tecnologías, procesos y conceptos de vehículos en las áreas de producción, desarrollo y comercialización. La orden concreta es desarrollar nuevos productos que respondan de forma específica a los desafíos y necesidades de los clientes en el terreno urbano.

El método.
Pero, ¿cuál es la mejor forma de llevar a cabo esta tarea? Para poder alcanzar estos objetivos no solo se necesitan nuevos procesos y tecnologías, sino que es preciso hacer una exhaustiva revisión de la fabricación de automóvil tal y como se conoce hasta ahora. Por este motivo, Project i rompe con las estructuras existentes y reúne en un solo lugar a expertos y pensadores de toda la empresa. En el marco de esta pequeña pero eficiente y decisiva unidad de organización se definen los objetivos y requisitos para futuras soluciones de movilidad sostenibles y se adaptan a las necesidades futuras de los clientes. Para que el equipo pudiera empezar a trabajar desde el principio con la máxima libertad posible y al margen de los problemas planteados, el proyecto se ha concebido independientemente de las marcas. Así pues, este grupo de pensadores puede trabajar de una forma tan poco convencional como independiente, pero siempre contando con el total apoyo de los expertos de toda la empresa. En un contexto de intercambio abierto y transparente, Project i aprovecha el know-how de todas las áreas de la empresa.

“Para mí es una experiencia maravillosa poder colaborar en un proyecto de este tipo con compañeros con los que hay muy buena sintonía. Desde el principio tuvimos realmente toda la libertad que necesitamos. El ambiente reinante era más propio de una nueva empresa.” (Peter Ratz)


Los inicios con nuevas premisas.
Los ingenieros de desarrollo de BMW Group no comenzaron a trabajar en Project i hace dos años y medio sobre un folio en blanco. La base de este trabajo de desarrollo fue una profunda investigación relativa a cuestiones de movilidad y a las necesidades de los clientes para el futuro cuyo objetivo era sacar a la luz posibles potenciales de desarrollo para BMW Group. En efecto, Project i no se centra únicamente en vehículos, sino que investiga también en el campo de soluciones de movilidad integrales. Sin embargo, pronto quedó claro que el primer nivel de desarrollo sería un automóvil que pudiera desplazarse de la forma más ecológica posible, es decir sin generar emisiones, y que al mismo tiempo satisficiera las necesidades de la movilidad urbana actual: el Megacity Vehicle (MCV).

El objetivo que se ha fijado la empresa a sí misma y en el que se basa todo el proyecto es alcanzar el más alto nivel posible de sostenibilidad.

Desde el primer proveedor hasta el reciclado de los componentes una vez finalizada la vida útil del automóvil, pasando por la producción, la sostenibilidad en sus tres aspectos (ecológico, económico y social) debe ser determinante a la hora de diseñar los procesos. Por este motivo, en primer lugar, los investigadores examinaron detenidamente todos los procesos y elementos de la cadena de valor añadido. Comprobaron si el procedimiento seguido hasta ahora satisfacía los exigentes criterios auto fijados en materia de sostenibilidad o, si por el contrario, debía optimizarse en determinados aspectos o incluso diseñarse de nuevo. Los resultados obtenidos se convirtieron al mismo tiempo en las premisas para la concepción del Megacity Vehicle.

"Queríamos ver cómo es la movilidad del futuro con el fin de, a partir de los datos obtenidos, desarrollar conceptos de movilidad sostenibles, especialmente para zonas urbanas, pero actuando de forma sostenible a lo largo de todo el proceso: comenzando por la concepción del producto, pasando por su uso, hasta llegar hasta la posible reutilización de diferentes componentes y al reciclado.” (Peter Ratz)


El resultado.
El proyecto ha aprovechado intensamente todas las libertades y posibilidades disponibles. El resultado es un concepto de movilidad integral y sostenible: el Mega City Vehicle (MCV). El MCV representa una opción de cómo BMW Group se imagina un utilitario urbano sostenible. Se ha concebido principalmente para ser usado en ciudad y aúna dinámica, confort y sostenibilidad. Con el tren de propulsión eléctrico de nueva generación (Cap. 3), el revolucionario concepto LifeDrive para la carrocería y la innovadora utilización de plástico reforzado con fibra de carbono en el habitáculo interior (Cap. 4), este vehículo permite desplazarse de forma autónoma, segura y cómoda por la ciudad sin generar emisiones.

Dado que el desarrollo del producto se consideró de forma integral, el MCV ha venido acompañado de transcendentales cambios en el proceso. Debido a las nuevas características de la propulsión y de la arquitectura del vehículo, así como a la utilización de nuevos materiales, en la producción han tenido que introducirse en parte procesos completamente diferentes. Junto con sólidos socios como SB LiMotive (desarrollo de células para baterías) y SGL Automotive Carbon Fibers (fabricante de fibra de carbono y de esteras de fibra de carbono), BMW Group asume nuevos y valiosísimos campos de competencia para ello.

“Las tecnologías que BMW Group ha desarrollado en el marco de Project i esconden un impresionante potencial para actuar de forma ecológica y económicamente sostenible.” (Martin Arlt)

El principio de la sostenibilidad está presente por tanto en cada etapa de proceso, pero los productos ecológicamente sostenibles y fabricados por tanto utilizando los recursos de forma racional no son para BMW Group un objetivo en sí mismos. Deben haberse analizado a fondo desde el punto de vista económico empresarial y además ser rentables.

Fuente: BMW

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