Tras el rotundo éxito que obtuvo Nissan con su Patrol, el fabricante japonés necesitaba impactar de la misma forma en el mercado de las berlinas de turismo, uno de los segmentos más populares en Europa. Para lograrlo no escatimó en esfuerzos, y prueba de ello son los alrededor de un millón de kilómetros de tests que realizó para desarrollar su Primera, o el uso del superordenador Cray II en su diseño con aplicaciones de ensayos de la NASA, entre otras innovaciones. Todo eso dio como resultado un coche robusto, fiable, espectacular, muy superior a sus competidores del momento e incluso superior al Nissan Primera que le sucedería después.
En España aparecería con cuatro niveles de equipamiento, incluyendo una variante deportiva en la versión SE (que añadía además ABS), y tres motorizaciones, dos gasolina (1,6 litros y 2,0) y una diésel con turbo (2,0 litros). También existían del Primera versiones de cinco o del más popular cuatro puertas.