Lógicamente, estoy siendo irónico en el titular, aunque su parte de verdad tiene. Ferrari no está contento con llenarnos el planeta de ingentes cantidades de CO2 en coches que únicamente pueden conducir multimillonarios (o políticos y banqueros...). Como son tan "solidarios", quieren compartir con el resto de habitantes del planeta algo de lo que fabrican, y como sus superdeportivos perderían "caché" si los conduce un pobre, pues comparten lo que sale por el tubo de escape. No digo lo que pienso al respecto... bueno, sí, lo diré, que en este blog no estamos pagados por Ferrari ni por las multinacionales del petróleo (eso es lo bueno de publicar en Blogspot, que no nos tenemos que deber a patrocinadores contando patochadas para que se venda determinado coche): mejor fuera que, al salir de cada concesionario Ferrari, un técnico le metiera una manguera desde el tubo de escape hasta la boca del reciente propietario, ya que le gusta tanto su coche.
Ferrari no ha tenido otra mejor ocurrencia que celebrar el 20 aniversario de la marca en China, realizando un spot bestial con un Ferrari 458 encima de la Gran Muralla China. El evento fue tan catastrófico para el monumento, que dejó marcas de neumáticos sobre las piedras de más de 600 años de antiguedad.
