Hace cuarenta años, Volvo puso del revés todo lo que representaba la marca hasta ese momento. El Volvo 262 Coupé no dejó a nadie indiferente y se vendió considerablemente mejor de lo previsto, a pesar de costar más del doble que el modelo básico de la serie 200.
El Volvo 264 se presentó en otoño de 1974 y, dos años después, le tocó el turno al primer vehículo Station Wagon de Volvo de seis cilindros: el 265. Pero no acabó ahí todo. En el Salón del Automóvil de Ginebra celebrado en marzo de 1977, vio la luz la que quizás fuera la versión más inesperada del modelo: un coupé de dos puertas con los montantes del parabrisas pronunciadamente inclinados y un techo 60 mm más bajo. Para darle un aspecto más elegante al vehículo, se eliminó el espacio para la rueda de repuesto en la parte trasera, mientras que el resto de la carrocería se mantuvo idéntico.