Se acabó. El día 14 de diciembre salió de la factoría de Motomachi, en la prefectura de Aichi (Japón), el último de los superdeportivos de Lexus, el LFA. Ya no volverán a fabricar más de estos supercoches, un modelo que, recordemos, a pesar de su desorbitado precio, Toyota perdía dinero con cada unidad vendida. Pero aún así han tenido por bien empleada la experiencia porque, argumentan, les ha servido para conocer la tecnología de componentes en fibra de carbono con el fin de aplicarla a futuros productos de la marca.
El LFA se queda con el honor de haber sido el primer superdeportivo de Lexus, y estar a la altura de lo que se esperaba de él, rivalizando con los fabricantes de supercoches tradicionales europeos, como son Lamborghini o Ferrari.
La producción del LFA dio inicio hace dos años, el 15 de diciembre de 2010, y en su fabricación se empleaban 170 trabajadores artesanos, que se dedicaban a la manufactura del coche, ensamblaje y pintado. Debido a ello, y a que la mayoría del coche tenía que hacerse a mano, únicamente se producían un coche por día.
| Redacción: Revista Coche
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