Comparativa camiones Mercedes-Benz: LP 1620 VS Actros
La prueba comparativa comienza a primera hora de la mañana. El pistoletazo de salida se da en la puerta principal de la planta de montaje de Daimler en Wörth. El recorrido dura 542 kilómetros. Después de pasar por Stuttgart, los camiones superan el Paso del San Bernardino y alcanzan la pequeña localidad suiza de Lostallo.
Los dos vehículos de prueba son muy diferentes: una moderna tractora Actros con motor de 440 CV se enfrenta a un LP 1620 de 200 CV con remolque. Los dos camiones están separados por casi 50 años de progreso en el desarrollo de vehículos industriales. Estos avances se reflejan en el Actros, por un lado, en mayores reservas de potencia, en un cambio completamente automático con doce velocidades y en el retardador exento de desgaste como sistema adicional de frenado que completa la acción del equipo de frenos de alta presión con regulación electrónica.
Por otro lado, hay que mencionar los modernos sistemas de asistencia a la conducción, que aumentan la seguridad en los camiones modernos y que hubieran sido inimaginables en la era del LP 1620 (año de fabricación 1964). Este elenco incluye, entre otros:
- El sistema de regulación de distancia Telligent®, que mantiene automáticamente la separación de seguridad ajustada respecto al vehículo que circula por delante.
- El Active Brake Assist (servofreno de emergencia activo), que además de mantener automáticamente la distancia de seguridad previamente ajustada es capaz de iniciar por sí mismo un frenado a fondo con la máxima potencia de frenado si detecta peligro agudo de accidente por alcance.
- El detector de carril Telligent®, que advierte al conductor con una señal acústica si el vehículo corre peligro de salirse de un carril señalizado.
- El sistema de control de estabilidad Telligent® y el ADAPTIVE ESP®, que reducen claramente el peligro de derrapaje al tomar curvas o en maniobras de cambio de carril para evitar un obstáculo.
Otros detalles del equipamiento del Actros decisivos en la comparativa manifiestan la disparidad técnica con respecto a su antepasado y revelan la importancia que se otorga actualmente al confort de conducción. Se trata, entre otros, de la efectiva protección insonorizante, del equipo de climatización de la cabina, de asientos que se adaptan a la anatomía de cada conductor y de mandos configurados y dispuestos ergonómicamente.
Instrumentos miden los esfuerzos físicos y mentales del conductor
Los conductores profesionales de nuestros días se benefician de todas estas ventajas en sus recorridos diarios por autopista, carreteras estrechas o en el denso tráfico urbano. Además, es posible cuantificarlas utilizando modernos métodos de medición. Para poder valorar de forma objetiva la seguridad psicofísica de un vehículo, los investigadores de Daimler han desarrollado diferentes métodos, que se utilizan ahora por primera vez en el mundo con objeto de impulsar el desarrollo de los vehículos industriales.
En primer lugar se encuentra la medición de los indicadores fisiológicos típicos del estrés, como el pulso del conductor. Este parámetro, que puede registrarse de forma permanente, es considerado un indicador fiable de la suma de los esfuerzos mentales y físicos que tiene que afrontar el conductor. Entre otros motivos para un aumento del pulso se encuentran el estrés debido a una elevada densidad en el tráfico, condiciones atmosféricas adversas o mala visibilidad. Pero también influyen negativamente sobre este parámetro el nivel de ruidos en el interior, una ventilación y aireación insuficientes o un confort deficiente del tren de rodaje. Con objeto de evaluar y mejorar continuamente estos aspectos, se utilizan vehículos de prueba con ordenadores especiales e instrumentos de medición para los conductores. Estos equipos registran todos los parámetros relevantes para la forma física de los conductores. Los resultados permiten componer una imagen objetiva de la influencia que tiene la técnica de los vehículos sobre el comportamiento de los conductores y sobre su capacidad de rendimiento.
El registro de las corrientes cerebrales utilizando la técnica de electroencefalografía ayuda a elaborar conclusiones acerca de las solicitaciones mentales en determinadas situaciones durante la marcha: por ejemplo, al pasar por zonas de obras con carriles estrechos o al subir o bajar cuestas empinadas.
Un casco con 16 sensores registra las corrientes cerebrales
En la prueba comparativa «Actros contra LP 1620», los ingenieros de los departamentos de desarrollo de Daimler no han analizado solamente los vehículos, sino también a los conductores. Se trata en ambos casos de conductores profesionales con varios decenios de experiencia en esta profesión: uno de 56 años de edad, el otro siete años más joven. Uno de los objetivos de la prueba era también comprobar si la edad juega un papel decisivo en cuanto a las solicitaciones físicas y mentales al volante de un camión.
Antes de ponerse en marcha con el Actros y el LP 1620, los conductores se colocan un casco con 16 sensores que miden las corrientes cerebrales durante la marcha y elaboran el electroencefalograma. Las mediciones comienzan al cabo de media hora de travesía en dirección a Lostallo. El motivo: si bien los dos conductores de pruebas son muy experimentados, los investigadores de Daimler quieren asegurar que están perfectamente aclimatados a las condiciones de la prueba y que puede excluirse la influencia del nerviosismo inicial.
Durante los largos tramos de autopista hasta la frontera suiza no se aprecia nerviosismo, ni distracción alguna. Ambos conductores reaccionan de forma prácticamente idéntica a las señales acústicas casi inapreciables que reciben a través de los oídos. Se trata de una secuencia aleatoria de tonos, formada por un 80% de sonidos con una frecuencia de 1.000 hercios y un 20% de 2.000 hercios. Cuanto más estresante es la situación de conducción, menor y más lento es el procesamiento neuronal de los estímulos de 2.000 hercios. Estas variaciones se miden con ayuda del electroencefalograma. En este tramo del recorrido, el equipo de medición indica que el cerebro procesa con rapidez las señales. Esto significa que los conductores estarían en condiciones de reaccionar con rapidez si el estímulo estuviera relacionado con el estado del vehículo o la situación del tráfico.
Menores esfuerzos mentales en el Actros
La situación captada por los electrodos cambia completamente en el LP 1620 durante el ascenso al San Bernardino. 26 kilómetros de asfalto con serpentinas, estrechamientos y túneles oscuros exigen tal concentración, que el procesamiento cerebral de los tonos emitidos por los auriculares es más de 300 milisegundos más lento. Durante el recorrido de vuelta el día siguiente, con el conductor más veterano al volante del LP 1620, se obtienen resultados prácticamente idénticos en la subida y la bajada del Paso del San Bernardino. Sus valores son sólo ligeramente superiores a los del conductor más joven.
Las reacciones a bordo del Actros son completamente diferentes en los dos conductores. El aumento del tiempo de percepción de las señales acústicas durante la estresante fase de conducción en torno al puerto de montaña es casi insignificante, y solamente afecta al conductor de más edad. El conductor más joven muestra un tiempo de reacción rápido y constante durante todo el recorrido.
El retraso en el procesamiento de los estímulos en el LP 1620 en comparación con el Actros es de hasta 400 milisegundos. A primera vista, se trata solamente de un breve instante, pero que puede llegar a ser decisivo. Si se traduce este valor en metros de movimiento en la secuencia «señal-percepción-reacción» —o bien, lo que es lo mismo, «ver la luz de freno, captar conscientemente su importancia y reaccionar pisando el pedal del freno»—, el retraso a bordo de un camión circulando a una velocidad de 80 km/h significa accionar el freno nueve metros más tarde.
Ligero aumento del pulso en el LP 1620
La evaluación del electrocardiograma de los dos conductores demuestra asimismo la importancia del progreso técnico a la hora de facilitar el trabajo del conductor al volante de un camión. La frecuencia cardíaca del conductor más joven a bordo del LP 1620 es superior en un 10% al parámetro medido en el Actros, resultado de los mayores esfuerzos físicos que tiene que afrontar. En el caso del conductor de mayor edad, su corazón late en el camión histórico con una frecuencia hasta 20% mayor que en el Actros durante el ascenso al San Bernardino. Aquí es donde mejor se aprecia la diferencia de edad. Para conducir el vehículo más antiguo hace falta algo más que fuerza física para accionar el volante y el cambio manual no sincronizado.
El piloto más joven disfruta de una ventaja adicional durante el viaje de vuelta al volante del Actros. A causa de las mayores reservas de potencia de su tractora, puede ponerse en marcha media hora más tarde que su colega al volante del LP 1620. El conjunto de 40 toneladas asciende las serpentinas hasta el túnel del San Bernardino a una velocidad media de 40 km/h, el doble que el LP 1620 con una masa máxima admisible de 32 toneladas. Al llegar a la cima ya ha dado alcance a su compañero, y además totalmente relajado, como demuestra la evaluación de las curvas del electrocardiograma y el electroencefalograma.
Fuente: Mercedes-Benz
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pero pueden fabricar lkw,s con la misma tecnologia de ahora pero con el mismo tipo de cabina ng o sk que esas cabinas sonlas mejores de todos los tiempos y de todos los lkw,s del mundo que pena que ya no construtan con ese tipo de cabinas
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