Nuestra herencia: "Coche a la vista...!"


Todos, o casi todos los que escribimos en las "revistas actuales", que no son más que este nuevo formato en Internet, bebemos de una herencia y de unos visionarios que, en su día, portaron la bandera del automovilismo periodístico cuyo testigo tenemos ahora nosotros la responsabilidad de portar.

Revistas decanas y que sentaron las bases de lo que ahora vemos y leemos en los artículos del motor como las españolas "Autopista" o "Velocidad", o la argentina "Coche a la vista...!". Desde aquí vamos a rendirles un pequeño homenaje en forma de repaso a su historia y nacimiento.

Hoy comenzamos con la revista "Coche a la vista...!", de Argentina.





Introducción

"Coche a la vista!..." Así como está escrito, sin la casi perdida apertura del signo de admiración. Con los puntos suspensivos que indicaban el suspenso, el mismo que calaba las carreras de autos que esta revista registró durante cuatro décadas, el mismo que marcaba un signo de espera en los miles de oídos que, atentos, aguardaban la novedad: ¿Cuál sería ese coche a la vista que Luis Elías Sojit anticipaba por el parlante de la vieja radio capilla? Porque fue precisamente el citado relator el que dio vida a esta frase y a la revista que la llevaba por título.

Por lo tanto, investigar la historia de "Coche a la vista!.." es recorrer la historia de Luis Elías Sojit y traer a la consideración un estilo, una forma de hacer periodismo, que generó odios y amores pero que de ningún modo pasó inadvertida para sus colegas contemporáneos, los que le siguieron en este arte de informar y, sobre todo, para las masas que le.dieron merecida popularidad.

El trabajo recorre desde el primer hasta el último número de la revista poniendo énfasis en los cambios, las incorporaciones, los logros, los decaimientos, es decir, tratando de rescatar los avatares de esta larga historia de papel y tinta, con el propósito de rescatar algunas moralejas didácticas para los periodistas del presente y del porvenir.

EL PAÍS ANDA SOBRE RUEDAS

La Argentina vivía lo que algunos historiadores han llamado un periodo de euforia, tanto en el espíritu de la gente, individual y colectivamente, como en las finanzas. El gobierno al que Juan Domingo Perón accede en 1946 encuentra un país en constante prosperidad: de ser deudor de las grandes naciones había pasado a ser acreedor, aprovechando la situación bélica en Europa y sus posteriores consecuencias de acomodo. Un ejemplo del bienestar económico (welfare state) de nuestra patria lo brinda el poder adquisitivo del salario en una época donde casi no existía inflación. Tomando como base el año 1943, "con un número índice 100, un albañil ganaba 122.3 en 1946.

En octubre de 1947, año de aparición de la revista "Coche a la vista!.." Perón ya hacía un año y ocho meses que había ganado las elecciones nacionales y su política de apoyo al deporte era cada vez más amplia. Fue el año de creación de la Confederación Argentina de Deportes y el Comité Olímpico Argentino para preparar a los deportistas que nos representaron al año siguiente en Londres, precisamente donde, entre los logros más resonantes, Delfo Cabrera ganó el maratón y Pascual Pérez, la medalla de oro en la categoría mosca de boxeo.

Fue también la época de los padrinazgos de los clubes de fútbol, pues se otorgaron créditos para o la construcción de nuevos estadios, como el de Racing, Sarmiento de Junín (ciudad ligada a la niñez y adolescencia de Eva Perón) o Huracán.

En 1947 también se iniciaron los duelos entre José María Gatica y Alfredo Prada, y el pugilismo iba subiendo su tono popular.


POR LOS AUTOS Y LA POLITICA

Si bien la meta principal de la revista era informar sobre automovilismo, cualquier lector de la época o analista de nuestros días encontrará también una clara intención proselitista y propagandista del gobierno de Juan Perón. El primer aspecto toma formalidad en el editorial del número inicial de "Coche a la vista!..",donde Sojit señala que la revista intentaría un "aporte modesto que podremos prestar a la más sana y, progresista evolución de todo lo que se relaciona con el automovilismo en sus distintos aspectos". Apela a su vuelta al periodismo escrito luego de trece años dedicados a la radio, como una razón fuerte por la que ser fiel a la causa periodística de contribuir al "adelanto positivo en los distintos aspectos de la rutina automovilística local y relacionada a la extranjera, siempre con miras a un mejor perfeccionamiento de todo lo nuestro." Hace evidente en sus palabras el deseo de acompañar el progreso que el automóvil y las competencias automovilísticas estaban experimentando en momentos en que Europa todavía era un cúmulo de ruinas y la Argentina, uno de los países más florecientes del mundo. Además destaca su intención de "ser ecuánimes, severos -rígidos, si fuera necesario-". El segundo aspecto, ya en el plano ideológico, se destaca a partir del segundo número, correspondiente a noviembre de 1947. Las páginas interiores ya han recibido un mejor papel y están viradas al sepia. A partir de la página 6 comienza a delinearse un perfil de la revista, que la acompañará en sus primeros ocho años: la exaltación de los actos de gobierno del general Perón y su esposa Eva Duarte.

PPRIMEROS EN LA LLEGADA

Antes de "Coche a la vista!.." hubo varios esfuerzos por presentar revistas sobre automovilismo, Enrique A. Roger -corredor de autos y periodista- había editado allá por 1905 la revista "Automóviles Argentinos", pionera y de escasa duración. En enero de 1909, el Touring Club Argentino, refundado y presidido por Ezequiel paz -director del diario La Prensa- sacó a la luz la revista "Turismo", de larguísima trayectoria. Mientras tanto, los diarios comienzan a hacerle lugar a este nuevo deporte, con periodistas exclusivos para cada publicación. Así se puede enumerar a Pedro Fiore, Emilio Karstulovic, Augusto de Muro, Calamari Bosch, Oscar Chiocchio y Roberto Grau, entre otros. Por su parte "El Gráfico", fundado en 1919, contaba con el prestigioso Ricardo Lorenzo, mientras que "Mundo Deportivo", donde de a poco Miguel Angel Medo le daría un amplio espacio al automovilismo, aparecería en 1949.

Para 1947 ya circulaban dos revistas específicas: "Motor" (trabajaban Miceli y "Vértigo", que pasarían a "Coche a la vista!..") y "Autovía". "Coche a la vista!..", mientras tanto, gana una notable prosperidad, en esta época de escolarización en la que la menor cantidad de analfabetos se refleja en un auge de la prensa gráfica y, a su vez, el éxito del trabajo de Sojit, en la creciente cantidad de anunciantes, coberturas de eventos, colaboradores, etc. Este período color de rosa podemos cerrado en el número cien de "Coche a la vista!..", que corresponde a noviembre de 1955. Dos meses antes el gobierno de facto había derrocado a Juan Perón y Luis Elías Sojit se exilió en Brasil.



La revista siguió publicándose, pero se produjeron muchos cambios ante el alejamiento de su alma máter El primer número de "Coche a la vista!.." vio la luz en octubre de 1947 A un costo de cincuenta centavos por ejemplar. La portada -dibujada por Mils, que se dedicaría con sus lápices a las tapas hasta junio de 1950- permitía ver tres autos de carrera con una bandera a cuadros, un logotipo de las 500 Millas Argentinas sobre el escudo del organizador Club Atlético Rafaela y un cartel de largada. Este primer número contaba con 66 páginas, con tapa y contratapa, hechas a dos colores (rojo y negro) e interiores en papel de menor calidad y en blanco y negro. Las páginas, de 20 por 28 centímetros, tenían una variedad inusitada de recursos de diseño gráfico: bajadas, copetes, volantas, recuadros, letra capital inicial, guarda de estrellas, etc.

La distribución en los primeros meses de vida estaba a cargo de Céfola Hnos. (para la Capital Federal) y Distribuidora Triunfo, de los hermanos Serra, para el resto del país y luego el exterior.

La información sobre autos y automovilismo se complementa con notas de motociclismo, entre las que se encontraba el primer crucigrama (p. 64.) Un número más tarde se inicia otra nueva sección dedicada a los "mecánicos y automovilistas".

Se trata de una serie de conocimientos técnicos y consejos prácticos que, aunque no aparecen troquelados, se invita a coleccionarlos para formar un "verdadero manual técnico del automovilista"

El número ocho sorprende a todo el que sigue la colección de la revista. Los cambios más significativos son: deja de aparecer el papel más grueso y a dos colores correspondiente al pliego de tapa, contratapa y sus retiraciones (son impresas en el mismo papel y a un color como el resto de las páginas); se reduce a treinta páginas, algo menos de la mitad del tamaño que la acompañó los primeros seis números, pues el séptimo ya se había achicado a cincuenta páginas (sin embargo, a partir del número siguiente la aparición es quincenal: "la. quincena de julio de 1948"); y consecuentemente baja su precio: cuesta cuarenta centavos, pero aumenta la suscripción anual de seis a nueve pesos con sesenta.


Una nueva sección aparece en el primer número quincenal. Se trata del anunciado desde hacía algunos números "Sin estampillas", espacio que luego seria un clásico en casi todas las revistas argentinas, el correo de lectores. Sin embargo, resultaba tan novedoso por entonces, en una época del país muy verticalista y de escasa participación del público, que "Coche a la vista!.." aclaraba que no había que enviar dinero para obtener la respuesta pedida.

La revista acompaña en esta época el auge de la gran carrera entre Buenos Aires y Caracas, que se largó el 17 de octubre -día políticamente muy significativo en la era peronista-, y los viajes de Juan Manuel Fangio y Oscar Gálvez a Europa. Para el primer gran evento, la revista no escatimó esfuerzos y, entre otros logros, destinó a Dante Ambrústulo para recorrer la ruta e informar de los , caminos con antelación, o publicó las fotos de las 141 parejas que compitieron, aunque en verdad hubo tres que no largaron, como la que integraba el veterano Ernesto Blanco. Como coronación sale a luz el número extraordinario de la primera quincena de diciembre con cien páginas.

En la publicación especial (número 20) de marzo de 1949 por primera vez se encuentran fotos coloreadas con distintos matices del rojo y del verde, como las de las carreras de Palermo y Mar del Plata. Todavía no se puede hablar de fotos a color.


Ya en 1953 costará tres pesos. A falta de carreras, en febrero de 1951 se publica un listado con fotos muy completo y de varias páginas de los modelos de autos que circulan en 1950 y 1951 por todo el mundo. La tapa la encabeza un Autoar -vehículo de fabricación nacional y emblema de la industria automotriz argentina en la época de Perón- manejado por la primera actriz Elisa Christian Galvé.

Julio de 1955 será el primer mes en que se publique la tira cómica "Metafierro (un bárbaro el volante)". Dibujada por Daloisio, mostraba las aventuras de un piloto muy rápido, como que llegaba de Buenos Aires a Bahía Blanca antes del avión que había tomado su amigo a la misma hora.

En agosto de 1955 se publica otra nota con derechos exclusivos, que había sido comprada a la agencia France Informations: se trata de detalles del primer automóvil atómico.

La caída del general Perón se lleva consigo al exilio a Luis Elías Sojit otro tanto, culmina esta etapa de tanta prosperidad para "Coche a la vista!.." El número de setiembre de 1955 presenta la última mención, por el momento, al Presidente de la Nación, precisamente en el editorial de la primera página impar, escrito por Luis Elías Sojit, donde el nombre de Perón era un lugar común. En el número siguiente (octubre de 1955), desaparece el nombre y la foto de Sojit de la publicidad.

En el primer número de 1956 ya no aparece el nombre de Luis Elías Sojit como director y es elevado a esa categoría el codirector Luis Miceli, quedando su cargo vacante. Además, en este mismo mes a la clásica contratapa con fotos de corredores se le agrega un aviso publicitario (Atma, en este caso). Los engranajes Búfalo serán los primeros que se anuncien en la tapa, en el número de octubre de 1956.

Y en 1957 la revista recupera el espacio radial perdido por el alejamiento de Sojit. La nueva organización se denomina "Team" y está a cargo de Adolfo Ortiz. El nexo con la publicación lo determina la presencia en los micrófonos de Luis Miguel Sánchez y Roberto Horacio Montes. La programación incluía espacios donde se hablaba de automovilismo, como "Revista Deportiva Edición Extra" (domingos de 10.00 a 12.00 por LS 5 Radio Rivadavia} Revista deportiva"(sábados de 12.45 a 12.57 por LR 3 Radio Belgrano) y "Clubes de la Argentina" (martes y jueves de 20,12 a 20.25 por LS 5, y los domingos de 9.00 a 9.25 por LR 2 Radio Argentina), y otros que se vinculaban a los demás deportes populares, como "Motoneta", "Exposición de ciclismo" y "Revista deportiva del básquetbol".


UNA NUEVA ETAPA

Sin su creador, la revista lucha por no decaer. Vuelve a recuperar algunos deportes a los que no les había dado espacio desde hacía algunos años, como la motonáutica o el ciclismo, y desarrolla algunos argumentos de conquista del lector, como, por ejemplo, lo que denomina en la tapa del número de agosto de 1956 "¡Una innovación revolucionaria en el periodismo mundial! Esta revista ampara a sus lectores con un seguro de tránsito de veinte mil pesos". Se trataba de una cobertura para los suscriptores de 14 a 65 años, a quienes les costaban sesenta pesos el año.

Los esfuerzos valen la pena si se toma en cuenta que desde el mes anterior había aumentado el producto, de tres a cuatro pesos, según se decía en el editorial "como consecuencia directa del alza registrada en el precio del papel, tintas, fotos, películas y servicios internacionales contratados". Y en verdad, en agosto de ese año, se incorpora Inter-American News Service como representante en Nueva York. Coincide ese ingreso con la aparición de un nuevo elemento de diagramación: los pies de página, en donde se coloca en una línea algún dato curioso o histórico vinculado con los autos. El primero señalaba:. "En EE. UU. se están produciendo anualmente más de 4.500.000 aparatos de radio para automóviles" (p. 4.) También se reemplaza el lema "La revista de los deportes mecánicos" por "La revista de automovilismo más completa".

De la mano del auge de la fotonovela, en el número de julio de 1956 comienza a publicarse, a la manera de historieta gráfica, el desarrollo de un filme vinculado con el automovilismo.

En la primera edición de 1957 aparece una novedad: la sección clasificados. Se reciben hasta el día quince, a un costo de dos pesos por palabra. Luego de casi diez décadas de colaborar con la distribución de la revista, y sin explicación alguna para los lectores (como es esperable), en julio de 1957 cambian los distribuidores: para Capital Federal y el Gran Buenos Aires, Distribuidora Rubbo; para el interior y el exterior, SADYE. También en este número la revista figura como miembro de la Asociación de la Prensa Técnica Argentina.

Los principales cambios en 1958 comienzan a notarse en el número de agosto: tapa y contratapa dejan de ser a cuatro colores, para sólo quedar a dos tonos (en este caso, naranja y negro). Los títulos comienzan a aparecer regularmente, salvo excepciones, en el margen izquierdo de la tapa, en lugar de hacerlo arriba a la derecha. Además, y para incomodidad de lectores e historiadores modernos, la revista pierde la numeración de sus páginas, que siguen siendo 66. Sin embargo, lo más llamativo de todo es un pequeño comentario acompañado de una foto en una columna de chismes, titulado: "Regresó Luis Elías Sojit". Se dice que el popular relator había regresado al país luego de colaborar en la organización de competencias de automovilismo y en la construcción de un autódromo en Brasil.


Un acontecimiento histórico se produce en septiembre de 1959, ya que retorna a la radio (Radio Libertad, en este caso) el programa "Coche a la vista!..", "la creación de Luis Elías Sojit", como se anuncia en el título de la nota. El plantel del programa, que se emitía por LS 10 de lunes a viernes a las 23.00, salvo el miércoles que comenzaba 22.05, estaba integrado por el citado creador, además del locutor Julio Ricardo Marin, Víctor Hugo Navas Prieto, Pedro Heredia, Luis Miguel Sánchez (colaborador de la revista), Alberto Hugo Cando, Ladislao Garay y José R. López Pájare, director del envío, que falleció e1 23 de mayo del 2000 y era padre del comentarista Julio Ricardo, a quien vemos en el staff radial en el número de mayo de 1960 y en la revista a partir de enero de 1965.

En octubre aparecerá el aviso de media página vertical con una curiosa caricatura de Luis Elfas Sojit, pero con Carlos Castiñeiras y D. Temple.como locutores. La tapa de ese número de octubre de 1959 presenta dos fotos de dramáticos accidentes, que ilustran el tema central de portada: "Exponen su vida en Nueve de Julio dos reporteros gráficos". Enero de 1963 abre el año con una novedad: la revista se vende en Uruguay y, por tanto, aparece en tapa el precio oriental: cuatro pesos uruguayos. Hablando de precios, el año termina con un aumento justificado, debido a dos ediciones especiales en noviembre y diciembre. Sin embargo, cuando se "normalizan" las apariciones la revista se mantiene en veinticinco pesos. Al número doscientos (marzo de 1964) se llega con una edición de papel de pobre calidad y los prolegómenos del debate que en la ciudad de Junin culminó con la decisión de rechazar la categoría Turismo Nacional por parte del primer Congreso Argentino de Automovilismo. En febrero, vuelve el clásico programa radial nocturno de Sojit, a partir de las doce de la noche.

En febrero de 1965 hasta se suma una página de la Asociación Promotores Publicitarios de la Argentina para incitar a invertir en avisos gráficos, incluso en verano, donde dice que quienes no lo hacen descuidan "un mercado consumidor de casi 7.000.000 de personas". Será este número también el fin de una larga serie de contratapas de YPF, al pie de una curiosa nota -nada común para ninguna revista, salvo que se trate de prensa sangrienta- sobre cómo sucedió el accidente en que murieron Meunier y Lorenzatti en Fotheringam.

A partir de abril de 1965, se abandona el viejo sepia de la publicación por tintas negras fuertes que con una mezcla con rojo y mejor gramaje de papel le dan más prestancia a la revista. Como consecuencia el precio "vuela" a cuarenta pesos.

En enero de 1967, una novedad: un almanaque con una chica en paños menores en lugar del corredor que ocupaba las páginas centrales. En mayo de ese año se suma la sección "Automodelismo", con la pluma de Toni Ferrando y, como homenaje a los veinte años de la revista, se ofrece el ya clásico seguro por accidente a los suscriptores, pero en este caso de medio millón de pesos y sin examen médico ni sorteos o concursos.

En marzo de 1968 comienza a publicarse un suplemento de carácter técnico. Son dieciséis páginas en el interior con falsa portada. En abril de 1968 se incorpora Miguel Bomar como representante en Nueva York en lugar de la Inter-American News Service, y una nueva sección, que actualmente recoge, aunque sólo con cero kilómetros, otra revista mensual como Vetture: "Cotización de automotores", con los precios de los autos en plaza.

En febrero de 1973 se crea una sección noticiosa con medias páginas verticales con texto y fotos que alternan su ubicación a pie y en lo alto. Como se trata de cinco páginas, en un pequeño recuadro "Coche a la vista!.." aclara que son las diez mejores noticias que, reflejadas de esta forma (pequeña extensión), no se consideran una nota.

Un cambio muy significativo se produce en el número de agosto de 1974 cuando el formato de la revista se amplía a 23 por 29 centímetros. Las ya famosas "diez mejores" siguen firmes y con más espacio por el nuevo tamaño de página, a lo que alude el citado recuadro, donde se le pregunta al lector si encuentra alguno de los temas como más interesante que otros. Otra modificación notable acaece al llegar el número 336, ya que la tapa deja de ser de papel ilustración, bajando sensiblemente la calidad de la impresión, que ahora se hace en los talleres Esquiú.

A comienzos de 1979 la revista vuelve al formato de 20 por 28 centímetros con tapas en papel ilustración a todo color y 38 páginas. Como suele suceder, cambia también el lugar de impresión: pasa a los talleres gráficos Vinci Hnos.

ÚLTIMA VUELTA

Al llegar al número 382, correspondiente a abril de 1986, nos encontramos con cambios totales en la publicación. En el editorial, escrito por el director editor Domingo Cutuli, se señala su emoción al retomar la senda que abrieron y transitaron con tanto éxito Luis Elías Sojit y Luis Miceli, a quienes dedica esta nueva etapa de "Coche a la vista!.."

Las oficinas se encuentran, como las de las actuales revistas Corsa y Vetiure, en Colombres 493, Capital Federal. Rubbo sigue firme en la distribución para la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, mientras que Cóndor sigue repartiéndola, desde mayo de 1972, en el interior y el exterior. La impresión se realiza en Chulca, de la calle Doblas, la misma arteria donde durante tantos años Rosso imprimió la vieja edición.

Se mantiene el formato de 20 por 28 centímetros, con tapas en papel ilustración a cuatro colores. Casi todo el contenido está dedicado a la competición de autos, con poco espacio, o nada en muchos casos, para pruebas de autos de calle, datos de taller, karting, motos o la faz empresarial. Aunque sigue prevaleciendo la idea de colocar las notas principales al inicio y los artículos con muchos datos y números hacia el final, el diseño es muy diferente, con cambios tipográficos y de estilo (como sumario, volantas, páginas con borde, etc.). El costo inicial: un austral con veinte centavos. En mayo de 1986 figura, por primera vez en la historia de la revista, el nombre de un diagramador: Héctor Vilas. En este año aparece un chiste gráfico a cargo de Papavero y una interesante sección de entrevistas, a cargo de los punzantes Alberto Merlo y Alfredo. Parga, autor también este último de la página final titulada "De empresas". Ya en 1987, y con la revista impresa en el taller Tabaré, crece el número de fotos que se usan e incluso su tamaño, pues se ajusta a la nueva era gráfica que se abre paso. En abril el nombre de una mujer es una novedad para el staff, como el puesto que ocupa: Nancy Barreto en el archivo.

En agosto de 1987 se le rinde un homenaje a Luis Elías Sojit a cinco años de su muerte, a través de notas de las dos voces más reconocidas del relato automovilístico de ese momento: Cacho González Rouco y Carlos Alberto Legnani. Al número siguiente el director dedica su editorial a los cuarenta años de "Coche a la vista!", justo en oportunidad de salir a la luz el número cuatrocientos. El precio, mientras tanto, sube a tres australes y medio. En septiembre aparece otra novedad: el sumario, donde figura la volanta, el título de la nota, el autor: y el número de página. Este mismo espacio, que ocupaba la posición del editorial en forma vertical, se transforma en horizontal, al igual que el staff que iba al pie, en el número final de 1987.

Gran salto del precio en la loca inflación de 1988-1989: sube a cinco australes en marzo, a ocho en junio, a doce en octubre, a quince en diciembre y a veinte en febrero, sin que se verifiquen mejoras en la presentación. Al mes siguiente desaparece el sumario a cambio de un editorial de Domingo Cutuli (alternarán editoriales y sumarios). Las firmas, a partir de este número, vienen en tipografía manuscrita. En agosto de 1988 se cambia la impresión a Sociedad Impresora Americana, y el papel es más blanco y con otra tipografía. La firma vuelve a ser con letras "normales", pero precedidas de una raya gruesa. El encargado de diagramación, Héctor Vilas, es "ascendido" a coordinador general. El número 416, de febrero de 1989, es el último "Coche a la vista!.." que se gritó en los quioscos. La última nota parece establecer, implícitamente, un paralelo entre dos vidas dedicadas a los "fierros" a las que el tiempo dijo "basta": se trata de un artículo dedicado a la muerte de Dante Emiliozzi. También sería la muerte de la revista de Sojit.



Fuente: Extracto de "Coche a la Re-vista!...Breve historia de la revista "Coche a la vista" de Néstor Saavedra publicado en Historia de Revistas Argentinas Tomo IV (AAER).

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