
El proyecto fue lanzado oficialmente en febrero de 2010 con una reunión en el Centro de Tecnologías de Michelin en Francia, y la participación de expertos técnicos de Michelin y Kelme, así como de Inescop (Instituto Tecnológico del Calzado).
Los equipos trabajaron estrechamente durante más de un año para desarrollar el calzado deportivo, que es muy técnico y ofrece unas extraordinarias adherencia y prestaciones de control gracias a la contribución técnica de Michelin.
La contribución de Michelin se ha centrado en el diseño del dibujo, el compuesto de goma y el proceso de fabricación. Los expertos técnicos de ambas compañías se han involucrado en cada paso del proceso de desarrollo.