El precio del seguro es un factor a tener en cuenta a la hora de contratar una póliza para tu coche nuevo, pero no es el único. También es importante valorar las coberturas y límites económicos que ofrece cada aseguradora. La Asociación Madrileña de Distribuidores de Automóviles (AMDA) explica los tipos de seguros para elegir el que más nos interese y no llevarnos sorpresas en caso de siniestro.
El seguro a terceros, obligatorio por ley
La legislación obliga a todos los propietarios de vehículos a contratar un seguro que cubra la responsabilidad civil, es decir, los daños ocasionados por el vehículo a terceros. Es importante saber que las garantías del seguro a terceros no cubren los daños producidos al propio conductor ni al vehículo asegurado. Por este motivo las aseguradoras ofrecen otras modalidades de seguro que sí dan estas coberturas como pueden ser la rotura de lunas, el incendio, los daños al conductor, la asistencia en viaje o la asistencia jurídica.
El seguro a todo riesgo es el más completo, ya que también cubre los daños propios producidos en el vehículo asegurado. A la hora de contratar un seguro a todo riesgo conviene valorar los límites establecidos por la aseguradora, sobre todo el importe económico que recibirá el conductor o su familia por muerte o invalidez y los gastos por asistencia sanitaria. Igualmente, en el seguro a terceros AMDA aconseja comparar las limitaciones en las coberturas porque se pueden encontrar importantes diferencias entre aseguradoras, especialmente en los seguros "low cost".
Del mismo modo es importante conocer el tipo de valoración que realiza la aseguradora en caso de siniestro, es decir, si pagan el 100% del valor de nuevo del vehículo durante el primer o segundo año, si pagan el valor venal –el que da el mercado- o el valor venal mejorado.
Cuanto mayores coberturas incluya una póliza de auto mayor será el precio de la prima final a pagar por el propietario, por este motivo se debe valorar qué tipo de seguro contratar.
¿Cuándo interesa contratar a todo riesgo o sólo a terceros?
La antigüedad del vehículo es un factor clave a la hora de valorar el tipo de seguro a contratar. Hasta los cuatro años de edad sí puede resultar rentable contratar un seguro a todo riesgo porque su valor todavía es alto. Dependiendo del nivel de siniestralidad del conductor y del estado general del vehículo, puede interesar mantener este seguro más completo durante algunos años más. A partir del octavo año de edad del vehículo, y si no se dispone de un gran presupuesto, puede ser el momento de cambiar a un seguro a terceros.
Otra opción rentable para usuarios con poca siniestralidad o con pocos partes es mantener el seguro a todo riesgo, pero con franquicia, un porcentaje o importe económico acordado con la aseguradora y que siempre pagará el asegurado ante cualquier siniestro con daños propios.
Cuantos más años tiene el vehículo las visitas al taller suelen ser más frecuentes, en este caso lo más aconsejable es un seguro básico a terceros que siempre se puede complementar con un seguro de rotura de cristales, robo o incendios sin notarlo de forma significativa en el precio final.