"Para fabricar un prototipo se necesitan manos de pianista". Así lo afirma Marc Guerrero, operario especialista en este tipo de vehículos, que ha participado en la fabricación del Seat Ibiza Cupster, el coche que ha unido a los jóvenes estudiantes de la Escuela de Aprendices con el personal más veterano de la fábrica y el Centro Técnico de Seat. De esta forma, las nuevas generaciones han descubierto que en la fabricación de un prototipo no todo es robótica, sino que hay mucho trabajo artesanal y manual en cada una de las fases de producción.
Un equipo de 60 personas ha trabajado durante cuatro meses un total de 5.000 horas para hacer realidad este vehículo único desarrollado con motivo del 30 aniversario del Seat Ibiza. "Ha sido una gran oportunidad para los aprendices", considera el responsable del proyecto, Àngel Lahoz, que apuesta porque no se pierda el trabajo artesanal que realizan empleados con muchos años de experiencia en el sector del automóvil. A día de hoy, uno de los principales retos de las empresas es garantizar la transmisión de estos trabajos artesanos y manuales a las nuevas generaciones, unos conocimientos que en este caso sólo se adquieren palpando y trabajando directamente con el vehículo.
Marc Guerrero, que lleva cerca de 40 años en el sector, ha trabajado en la carrocería del Seat Ibiza Cupster, que se ha fabricado con la base de un CUPRA de serie. "Antes de cortar el techo, hemos tenido que reforzar todos los laterales para luego ir cortando y aplanarlo con un radial y después ir soldando", explica. "La tecnología está a nuestro servicio pero hay una parte de trabajo manual que ninguna máquina o robot puede sustituir", apunta Guerrero.
Ante la mirada atenta de los aprendices, Guerrero explica que a la hora de fabricar un prototipo "el taller es como un quirófano: aunque el láser y la tecnología son nuestros grandes aliados, al final lo que cuenta son las manos del cirujano" para lograr el éxito de la operación, asegura. A su lado, Marc Estapé, que está cursando segundo de Mecanizado en la Escuela de Aprendices de Seat, valora de forma muy positiva haber aprendido de la mano de estos veteranos. "Nos han enseñado cosas que no sabíamos", asegura. "La fabricación de un prototipo no tiene nada que ver con un vehículo de serie, el coche casi se fabrica pieza por pieza y hay partes que se hacen manualmente", añade.
Con la culminación de este proyecto, tanto jóvenes como veteranos se muestran entusiasmados de haber trabajado mano a mano para que este modelo haya visto la luz y les gustaría repetir esta experiencia en un futuro con el fin de asegurar la continuidad de estas técnicas artesanales. "Un conocimiento que no se aprende ni en un libro ni en una pantalla de ordenador, sino con las manos, tocando el coche y mucha experiencia", concluye Guerrero.
| Fuente: Seat
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