Atravesando un paso montañoso que ningún vehículo extranjero había cruzado antes, la expedición `Ruta de la Seda 2013´ ha completado la ruta Sinkiang-Tíbet, una de las carreteras más complicadas y exigentes del mundo al desarrollarse continuamente por senderos a 4.000 metros de altitud.
En esta dura etapa, los miembros de la expedición han atravesados lugares que muy pocos occidentales han contemplado con sus ojos, cruzando áreas fronterizas bajo control militar en unas altitudes que los propios médicos y montañeros expertos consideran de riesgo "elevado", "muy elevado" o "extremadamente elevado".
Antes de llegar a China, la expedición `Ruta de la Seda´ pasó la última de las ocho noches en Kirguistán en un campo de yurtas cercano a Tash Rabat, un antiguo caravasar que data del siglo XV y que antiguamente se usaba para dar cobijo a los comerciantes nómadas de la ruta de la seda. Al día siguiente, el equipo compuesto por los tres Range Rover híbridos llegó hasta Kasgar, una de las ciudades más remotas y occidentales de China y donde, en época romana, la antigua ruta de la seda se dividía separando su camino hacia el Norte y el Sur.
Tras la entrada en China aparecieron las montañas más escarpadas que el convoy debía atravesar. Durante los siguientes cinco días, los miembros de la expedición y sus Land Rover tenían que viajar rumbo sureste desde Kasgar hasta Zhangmu, en la frontera con Nepal, circulando por una deteriorada ruta cuya altitud oscila entre 3.500 y 4.500 metros.
A nivel del mar, el contenido de oxígeno en el aire es 21%, pero a 5.000 metros esta proporción se reduce hasta el 10%. Todos los miembros de la expedición sufrieron los efectos de la altitud en su organismo, llegando incluso a necesitar aportación suplementaria de oxígeno por parte del equipo médico.
El rendimiento de los Range Rover híbridos se vio mucho menos afectado por la altitud y la ausencia de oxígeno. Con la ayuda del motor eléctrico, los Range Rover híbridos continuaron avanzando con la única sensación de una respuesta menos directa a las insinuaciones sobre el pedal del acelerador, especialmente en pendientes de gran inclinación y a pesar de su elevada carga.
Los fabricantes de automóviles, rara vez tienen la oportunidad de probar sus vehículos a una altitud tan elevada, así que Land Rover aprovechó la ocasión para monitorizar y seguir muy de cerca la información proporcionada por todos los sensores del Range Rover Hybrid. Esta expedición supone las últimas pruebas exhaustivas de los nuevos Range Rover Híbridos antes de que dé comienzo la producción a finales de este año.
La última noche del convoy en China tuvo lugar a apenas 1,5 kilómetros del Puente de Amistad que une China y Nepal.
| Fuente: Land Rover
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