
Aunque no es (ni se espera a corto plazo al menos que lo sea) la desaparición "física" de Citroën, sí lo es sobre el papel, es decir, en cuestiones administrativas. Porque PSA piensa fusionar ambas marcas, con el fin de ahorrar costes. No sería muy difícil pensar que esto es el primer paso para que una de ellas acabe siendo absorbida totalmente (o quedando como marca residual) por la otra (y para quien no se lo crea, a la historia me remito).
Como Peugeot es la marca matriz, es indudable que no será la del león la que desaparecerá. Tampoco se puede decir que Citroën tenga los días contados (aunque en materia administrativa así sea), porque la marca francesa tiene una presencia, tanto en ventas como en modelos, más que notable dentro de PSA. Pero como la crisis siga acuciándoles, que no te extrañe que en unos años ver el logo de los dos chevrones en un vehículo nuevo sea cosa del pasado.
| Redacción: Revista Coche
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