Desde aquí siempre hemos sido bastante críticos con las políticas de Seat a la hora de elegir sus patrocinios y a quien patrocina. Entre otras razones porque los contratos multimillonarios de esos elitistas artistas los pagamos los españoles, es decir, sale de tu bolsillo y del mío, ya que Seat está subvencionada hasta las cejas con dinero público.
Por eso llama más la atención el comportamiento que tienen al volante esos embajadores, los cuales -y, al menos, tras el volante, repito, con la forma de cantar que tiene cada uno no me meto- deberían dar un buen ejemplo de cara al público, es lo mínimo sabiendo los cientos de miles de euros que las marcas les pagan.
A la embajadora de Seat, Shakira, parece que todo eso le importa un bledo y está por encima de ello. La cantante no ha tenido mejor idea que parar su superdeportivo (no de la marca Seat, porque Seat le gusta a la hora de pagarle facturas, pero no para conducir uno, claro. La diva debe sentirse ridicula en un coche de obreros) en pleno centro de Barcelona y ponerse a bailar, cortándole el tráfico a todos.
Al parecer, segun cuenta la noticia, iba algo "alegre" con unas amigas. No es la primera vez que la cantante tiene problemas por no respetar el más mínimo sentido común a la hora de conducir, y parece que entre los municipales ya es bastante conocida por el incumplimiento que hace de la ley de tráfico. Como aquella vez que decidió recorrer la ciudad Condal a toda velocidad en una moto de gran cilindrada y sin casco. Toda una gran imagen la que da de Seat, sí señor.
Si yo fuera uno de los responsables de la firma catalana, ya estarían un buen puñado de gente del departamento de márketing de patitas en la calle. Por lumbreras.
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