
Rusia tiene una política automovilística bastante curiosa, y que puede gustar o no (en Europa la CEE pondría el grito en el cielo, pero ese es otro cantar). Su política es simple, pero eficaz (para el mercado local, por supuesto, y para el propio país): si alguien quiere vender coches en Rusia, tiene que fabricar coches allí. Por supuesto, esto tiene ciertas puntualizaciones (se pueden vender coches "de fuera", pero con límites, con más impuestos, y un largo etcétera que sería complejo explicar aquí brevemente).
Renault ya se ha visto obligada a levantar una factoría en tierras rusas, y no fue la primera. Ahora es Mazda quien va a establecer una planta de producción, merced a un acuerdo de colaboración con OJSC Sollers. Esto posibilitará que Mazda pueda entrar en un mercado que es ya el segundo mayor de Europa, y en el cual ha vendido 28.000 unidades entre enero y septiembre de este año. Lógicamente, la mayoría de coches que fabriquen en Rusia irán destinados al mercado local.
| Redacción: Revista Coche | Alcance: Rusia
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