Con el último movimiento de Renault (el establecimiento de una fábrica de baterías para automóviles eléctricos en Portugal) el fabricante galo quiere dejar claro que quiere seguir siendo líder en el mundo del automóvil durante las próximas décadas, convirtiéndose, con ello, en el primer europeo en tener una fábrica propia, sin depender de otros fabricantes o marcas.
Porque las fábricas de producción de baterías para autos están, actualmente, en Asia y en Norteamérica, siendo la de Portugal la única del viejo continente, y la única, además, de una marca de automóviles europea.
Dentro de dos años la fábrica comenzará su producción, y Renault tendrá en la calle nada menos que tres modelos eléctricos, con presencia en todos los segmentos principales (algo que ningún fabricante europeo tendrá): el Twizy, el Zoe (como modelo compacto), el Fluence (como modelo berlina) y el Kangoo (como modelo comercial o LCV). Además, contará también con Nissan, que tendrá variantes eléctricas de su furgoneta NV200 (prevista su lanzamiento para dentro de dos años) y, para ya, el próximo año, su modelo Leaf.
El futuro es eléctrico
Está claro que el futuro inmediato pasa por la electricidad. Su bajo mantenimiento, la excención de pago de impuestos y su facilidad de conducción hacen que estos modelos cobren más relevancia cada día que pasa para el conductor. De momento, el único escollo es su alto precio, que está por detrás de los modelos a gasolina más baratos del mercado.
En la próxima década se vivirá, muy probablemente, una dualidad del mercado parecida a la que ocurría en los años 60 y 70 del siglo pasado. En aquélla época, los turismos, y sobre todo los turismos compactos que más se vendían, tenían todos ellos motores de gasolina, dejando los motores diesel para los vehículos de gran tonelaje, como camiones. No fue hasta bien entrados los años ochenta que los motores diesel hicieron su introducción en el mundo de los automóviles compactos, primero muy tímidamente, pero luego fueron líderes de venta, desplazando en los noventa a los motores de gasolina.
En las próximas décadas es muy probable que ocurra algo parecido: los vehículos eléctricos estarán presentes en los turismos, mientras que los de gran tonelaje tendrán que recurrir a sistemas como el gas natural (GPL), ya presente en muchos de ellos, o al biodiésel, ambos muchos menos contaminantes que la gran polución del gasoil en la actualidad.
No será hasta bastantes años adelante cuando se popularice la plataforma eléctrica para los camiones, haciendo la tecnología de las baterías más provechosa y con más autonomía, y viviendo, con ello, un cambio inverso en el mercado: en lugar de, como el diesel, pasar de los vehículos de gran tonelaje a los turismos, será a la inversa con el motor eléctrico, que pasará de los turismos a los vehículos de gran tonelaje.
Un nuevo modelo de mercado
Los fabricantes que se hayan quedado estancados en el sucio y antiguo modelo de los combustibles fósiles con motores a combustión, en el futuro próximo lo pasarán realmente mal, porque sus modelos, obsoletos, cada vez serán menos demandados por el mercado y, además, se habrán quedado con una tecnología totalmente atrasada.
No se puede afirmar que desaparecerán, pero marcas como Peugeot, ahora tan potente a nivel de ventas, pero que no tiene ni unos planes independientes eléctricos (todo su futuro a medio plazo eléctrico pasa por Mitsubishi y por depender de otros fabricantes o productos de terceros) puede sufrir mucho, y puede que llegue a convertirse en una marca pequeña y con ventas muy bajas fuera de su país, como ocurre ahora con marcas como Subaru.
Fiat tampoco lo pasará muy bien, ya que a sus tecnologías eléctricas aún les quedan años para desarrollarse. Opel, sin embargo, con el Ampera, estará bien posicionada, teniendo un híbrido totalmente eléctrico para competir con el Renault Fluence. El Grupo VAG, gracias a Audi y sus planes eléctricos y a su tecnología compartida, también sufrirá, pero desde luego no tanto como las marcas que se han encontrado sin planes de futuro.
Renault es, de las europeas, la mejor posicionada de todas ellas, y dentro de dos años su tecnología alcanzará a los líderes de los automóviles eléctricos, como son las japonesas Toyota y Honda.
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