Éxito de la duodécima edición de "El Desierto de los Niños", que ha regresado a España tras una intensa semana en la que la larga caravana de 50 vehículos, encabezada por los Hyundai Tucson, Hyundai Santa Fe y Hyundai Grand Santa Fe, ha recorrido más de 2.000 km por Marruecos repartiendo ilusión en forma de material de todo tipo.
En esta duodécima edición, la caravana de "El Desierto de los Niños" ha visitado en su camino un buen número de escuelas y asociaciones en las que los propios niños españoles que viajan en la expedición han sido los encargados de entregar el material que se iba donando en cada localidad.
Una edición que ha sido un éxito en cuanto a participación, ya que ha reunido a 150 personas, de las cuales 55 eran niños de edades comprendidas entre los 5 y los 14 años. Asimismo, por parte de la organización iban veintidós personas. En cuanto a vehículos, asistieron 62 coches 4x4, a los que había que sumar el camión que transportaba el material humanitario. A la cabeza de esta gran caravana se encontraban los Hyundai Tucson, Santa Fe y Grand Santa Fe de la organización, que una vez más se han movido como pez en el agua por las siempre complicadas pistas de Marruecos, superando caminos empedrados, ríos de arena y las temidas dunas. El nuevo Hyundai Tucson, elegido Mejor Coche del Año en España 2016, ha sorprendido a todos los miembros de la organización por su excelente comportamiento en los complejos terrenos del desierto Marroquí. El mejor aliado de los Hyundai 4x4 fueron los neumáticos Kumho con los que iban calzados.
La primera jornada, entre las localidades de Tánger y Beni Mellal, comenzaba con un breafing en el que la organización recordaba las normas del viaje y en el que los seis monitores infantiles "adelantaban" a los niños algunas de las actividades y juegos de los que disfrutarían durante su semana en Marruecos. El trayecto, que transitaba casi íntegramente por autopistas, discurrió sin incidencias.
La segunda etapa, con destino a Boumalne Dades, fue de las que los participantes recordarán durante mucho tiempo. Con los Hyundai Tucson de la organización a la cabeza, se rodó por pasos de más de 2.000 metros de altura, por carreteras peores que pistas (en algunos casos sin asfalto durante muchos kilómetros) con miles de curvas, o por subidas y bajadas impresionantes que hicieron las delicias de los conductores, mientras los acompañantes disfrutaban de unos paisajes colosales. Todo ello visitando, además, las espectaculares cascadas de Ouzoud y el puente natural de Emnate. Aunque lo mejor del día fue que la climatología respetó a la caravana, ya que unas horas después de pasar por el Atlas cayó una intensa nevada que cortó el paso por la cordillera.
El tercer día llevaría a la caravana del Desierto de los Niños desde Boumalne Dades hasta el hotel Tombouctou de Merzouga. 300 km, de los cuales 140 se realizarían por una pista muy arenosa que lleva desde Fezzou hasta Rissani, para coger otra pista que llevaba hasta Merzouga. Mientras, en paralelo, la furgoneta Hyundai H1 de la Fundación Alain Afflelou rodaba por carretera para encontrarse con el camión de Aquarius y hacer la primera revisión visual del viaje en la pequeña aldea de Om Lahdej. El día transcurrió sin complicaciones hasta que, poco después del mediodía, los participantes se encontraron con una impresionante tormenta de arena, que ralentizó la marcha de los grupos, ya que en algunos momentos era imposible avanzar al no verse ni los morros de los coches. Una tormenta que para quienes vivían algo así por primera vez, resultó toda una experiencia.
La cuarta jornada del viaje, con inicio y final en Merzouga, fue de disfrute total para unos y de mucho trabajo para otros. Toda la caravana se desplazaba hasta la Asociación de Hassilabiad, donde los niños del viaje descargaban una parte del material que transportaba el camión (principalmente escolar). Allí, además, se realizaba una segunda jornada de revisiones visuales, una larga jornada de trabajo que duraba hasta bien entrada la tarde y durante la que se realizaron 199 revisiones.
El resto de la caravana, una vez realizada la entrega de material, disfrutó de una divertida jornada de conducción en las dunas de Merzouga, donde los Hyundai Tucson sorprendieron por sus buenas cualidades moviéndose por la arena, como lo habían hecho ya en años anteriores sus hermanos mayores el Santa Fe y el Grand Santa Fe.
Quinta etapa con destino a Erfoud en las que unos grupos prefirieron disfrutar de la conducción por un río de arena, mientras otros volvieron a rodar una vez más por las dunas, aunque todos ellos con un destino intermedio común, que era la población de Merzane, donde se efectuaba una nueva entrega de material y los ópticos realizaban una nueva jornada de trabajo en la que se hicieron 185 revisiones.
En la sexta jornada primero se visitó la guardería de Tammarkite para poder comprobar en vivo cómo había quedado después de su completa restauración por parte de ADN, Asociación Desierto de los Niños. Luego se visitó la escuela para niños deficientes que ADN tiene en Erfoud, donde se descargaron del camión las 1.500 mochilas que una asociación local pidió para los niños de la zona, mochilas que financió la empresa Audatex. La mañana finalizaba visitando una escuela situada en el palmeral de Erfoud, donde los ópticos de la Fundación Alain Afflelou realizaban la última revisión del año (229 personas).
Ya por la tarde se hacía la entrega en el centro de Erfoud de 1.000 paneles reflectantes para los carros tirados por burros y caballos de la zona. Estos paneles, cedidos por Kumho, servirán para mejorar la visibilidad de los carros por las noches, cuando sufren muchos accidentes al no llevar ninguna luz o elemento reflectante que les haga visibles para otros vehículos.
La edición Décimo Aniversario también ha marcado un récord en la indispensable aportación de la Fundación Alain Afflelou. Las cinco ópticas y un óptico, que viajaban en una H-1 Travel de color rojo, realizaron un total superior a 700 revisiones. Un trabajo que en muchas jornadas fue de sol a sol y que ayudará a mejorar la calidad de vida de muchos hombres, mujeres y niños, ya que de las personas a las que se revisó la vista, aquellas que necesitaban unas gafas les serán entregadas próximamente.
Pero "El Desierto de los Niños" no sólo es solidaridad y a que a la vez supone una experiencia irrepetible para los chavales españoles que viajan en la caravana. De la mano de los seis monitores infantiles de la organización, han podido conocer una cultura tan cercana como diferente, han compartido divertidos juegos que les ayudaban a conocer el país o han saltado desde la tirolina montada desde el techo del camión. Niños que han podido vivir en primera persona una vivencia que posiblemente no olvidarán en sus vidas. Porque uno de los grandes objetivos del Desierto de los Niños es que los más pequeños de la casa vivan con intensidad una aventura pensada y diseñada para ellos.
| Fuente: Hyundai
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