Cuando el Opel Astra F se estrenó mundialmente en 1991 lo hizo inmerso en una época de grandes cambios. El "Telón de Acero" que dividía Europa se había derribado recientemente y la "Guerra Fría" había terminado. Debido a incidentes como el vertido de petróleo del Exxon Valdez la sociedad cada vez era más consciente del impacto de la humanidad en el medio ambiente. Los fabricantes de automóviles tenían que equilibrar la necesidad de reducir las emisiones y el consumo de combustible con la creciente demanda de un mayor confort.
La séptima generación del modelo compacto de Opel plasmó a la perfección este espíritu de cambio. No sólo adquirió un nuevo nombre -Opel Astra, como su compañero británico de Vauxhall- sino también una nutrida variedad de sistemas de seguridad de nuevo desarrollo. En comparación con su predecesor, el Opel Astra F ofrecía una habitabilidad interior considerablemente mayor partiendo de un espacio exterior de similar tamaño. También puso gran énfasis en el respeto por el medio ambiente con su alto nivel de reciclabilidad, lo que supuso un paso significativo para cerrar el círculo de las materias primas, especialmente las sintéticas. Los conductores quedaron muy impresionados por estos atributos. Con una producción de alrededor de 4,13 millones de unidades entre 1991 y 1997, el Opel Astra F es el modelo más vendido en la historia de la marca.