Con la llegada de nuevos planes de ayudas a la compra de vehículos eléctricos el mercado se reactiva y hay un sector en el que el vehículo eléctrico no debería ser solo bonificado, debería ser obligado; hablamos del reparto urbano. Por ecología, por sencillez y por el interés y beneficio de los propios empresarios.
El acceso a las grandes ciudades cada vez es más complejo para vehículos térmicos y cada vez es más fácil y está mejor visto para los vehículos eléctricos. En este caso la autonomía no debe ser un problema porque los recorridos habituales, según diversos estudios, rara vez superan los 150 km diarios, con trayectos muy determinados, repetitivos, con los mismos horarios, etc, y demás se trata de vehículos que luego quedan detenidos en naves o zonas de la empresa en cuestión que perfectamente pueden estar conectados y recargándose para la siguiente jornada.