El tractor autónomo Case IH ACV hará su debut en Europa en el SIMA de París, el salón más importante de maquinaria agrícola del viejo continente. Este prototipo ya es completamente operativo y nos anticipa lo que podría ser el tractor del futuro, o sencillamente el que revolucionará el medio rural en los próximos años.
Los ingenieros de Case han aplicado al mundo rural toda la tecnología de conducción autónoma que ya conocemos del mundo del automóvil, y han añadido nuevos elementos para conseguir la máxima precisión de trabajo. "El Case IH ACV conserva gran parte de la tecnología convencional del tractor moderno y está equipado con un GPS ultrapreciso, que trabaja con las correcciones proporcionadas por la red de antenas RTK, propiedad de Case IH. Estas antenas ofrecen una serie de correcciones que garantizan un guiado con una precisión inferior a 2,5 centímetros", explica Dan Stuart, de Case IH.
El prototipo, diseñado por David Wilkie, ya ha sido probado con éxito y su funcionamiento es completamente autónomo, una vez que ha sido programado para que realice una serie de trabajos. El tractor se controla a distancia por su propietario, o por un técnico especializado, desde una tableta o un PC vía wifi. Una vez recibe las órdenes, el tractor se pone en movimiento y se guía con la información recibida a través de sensores láser y cámaras, empleando la tecnología LiDAR.
El tractor autónomo Case IH ACV optimiza su trabajo y la superficie de cultivo hasta un extremo imposible de igualar por el ser humano, por la precisión milimétrica de los movimientos y por su inagotable ritmo de trabajo. Una vez en funcionamiento, cuando encuentra un obstáculo en su recorrido, el Case IH ACV se detiene hasta recibir nuevas órdenes. Si es una roca o un árbol, simplemente los esquiva y sigue trabajando. En el caso de detectar un objeto extraño, como otro vehículo, un animal o una persona, el tractor se detiene automáticamente hasta que el campo de acción vuelve a quedar despejado.
¿Cuándo se pondrá a la venta?
En este momento, el único problema para que el Case IH ACV inicie su comercialización en serie es el marco legal en el que debe moverse a nivel de seguros y actividad laboral. Según los expertos consultados, se espera que este proceso se agilice en los próximos meses y que a partir del año este tipo de maquinaria pueda estar trabajando en grandes cultivos, en solitario o en asociación con otros vehículos autónomos.
Por el momento, los dirigentes de Case no han facilitado la gama de precios del Case IH ACV , pero sí han asegurado que el costo adicional del sistema autónomo solo supondrá un pequeño incremento del precio respecto al mismo tractor convencional. Este tipo de maquinaria requiere una gran inversión y su coste depende del tipo y la cantidad de aperos elegidos, ya sea para sembrar, para distribuir fertilizantes o para recolectar la cosecha entre otras otros...
Además, se abre la puerta a la comercialización de kits de conducción autónoma para tractores Case ya comercializados de última generación. Y es que, quitando la tecnología de operación autónoma, este prototipo es prácticamente idéntico a su hermano de gama convencional. Y es que todavía queda tiempo para que, por ejemplo, equipe un motor eléctrico. Con la tecnología actual es imposible, pues una mecánica eléctrica no dispone de autonomía suficiente para mover las once toneladas que pesa el tractor durante jornadas de más de veinticuatro horas sin parar.
En un futuro, todos los tractores serán así
Año 2050, la vida rural ha desparecido y la población se amontona en grandes urbes bajo una espesa capa de contaminación que no permite ver la luz del sol. 9.500 millones de habitantes atestan el planeta y reciben los suministros procedentes del perímetro exterior, donde un ejército de tractores autónomos Case IH se encarga de sembrar y recolectar los alimentos.
Corría el año 2017, hace ahora justamente treinta y tres años, cuando el tractor Case IH se presentó ante la prensa mundial. Era un prototipo que no requería de conductor y que, basado en la aún incipiente tecnología de cámaras y sensores de conducción autónoma, debía encargarse de trabajar grandes extensiones de cultivo sin descanso durante interminables jornadas. Aunque en ese momento no se dijo así, su misión era garantizar el imprescindible futuro de la agricultura... y de la especie humana.
Fue en febrero de ese año cuando la tecnología de conducción autónoma se aplicó en toda su extensión en un sofisticado tractor autónomo, obra de los ingenieros especialistas del gigante norteamericano Case, perteneciente al potente grupo multinacional CNH Industrial, que también fabrica los vehículos IVECO. En el origen de los trabajos realizados hubo dos prototipos. El primero tenía una cabina convencional, que servía para comprobar el correcto funcionamiento del tractor, dotado de una razonable carga de inteligencia artificial, cámaras y sensores. El segundo prototipo, que sería el definitivo y que hoy en día trabaja sin descanso en los campos de labor, era una unidad que ni si quiera contaba con un puesto de conducción, y que por medio de una sencilla programación informática era controlado vía wifi por medio de ordenadores o pequeñas tablets desde puestos de control que, en ocasiones, estaban a cientos de kilómetros, en las centrales en las grandes ciudades. Pese a ello, el tractor Case IH hizo bueno su objetivo original de conseguir la máxima eficacia en las explotaciones agrícolas.
Los inicios: la agricultura de precisión
Ya en el siglo pasado, Case IH fue pionera en el desarrollo de sistema de "agricultura de precisión", porque en 1994-95 puso en marcha una operativa basada en el sistema GPS de geolocalización que fue perfeccionándose hasta conseguir precisos mapas de las extensiones a cultivar. Se llegaba, incluso, a gestionar la cantidad de fertilizante y hasta las semillas distribuidas en función del rendimiento de cada explotación para maximizar el potencial de producción, y al mismo tiempo minimizar el impacto medioambiental. No olvidemos que las emisiones de un tractor actual equivalen a las de 180 unidades del siglo pasado.
Todo esto ha llevado a lo que conocemos como "agricultura de precisión", que por medio de sistemas de autoguiado integrales, permite a los tractores Case IH controlar de forma completamente automática la dirección del tractor vía GPS, con un margen de error de ¡2,5 centímetros! De esta forma, un tractor autónomo e inteligente se encarga de no dejar ninguna zona sin tratar y de aprovechar al máximo cada pasada para la realización de cualquiera de sus funciones. El sistema de autoguiado redujo al mínimo el consumo de combustible y los materiales empleados, como el fertilizante o las semillas.
El trabajo de los tractores Case IH con la tecnología ACV creó algunas reticencias por motivos de seguridad, dudas que por suerte quedaron atrás al aplicar la tecnología LiDAR, que por medio de sensores láser consiguen un preciso control a distancia. De esta forma, si el tractor detecta un obstáculo se para y alerta al propietario, al que proporciona imágenes del percance para que pueda resolver la situación. Una piedra o un árbol lo detienen hasta que recibe la orden de esquivarlo; y del mismo modo si se cruza otro vehículo, o una persona, la máquina se detiene hasta que estos salgan de su campo de acción. Además, el tractor Case IH ACV puede trasladarse de forma completamente autónoma a otros campos colindantes por caminos que están dentro de su programación, todo ello dando información precisa al operario, que desde la ciudad lo controla todo a través de su tableta o PC.
Este sistema también permite que varios tractores puedan trabajar en asociación, realizando trabajos más complejos. La siguiente evolución incluye funciones tan interesantes como operar en función de la información meteorológica recibida vía satélite. De esta forma, si llueve o si la superficie está muy embarrada, el tractor se detiene automáticamente para no dañar el campo, y buscará entre sus tareas programadas cuál puede realizar de forma que sea más beneficioso para la explotación, por ejemplo, marcharse a otro campo en el que no haya llovido tanto...
Ya en 2017, un tractor de estas características, de gran potencia y sofisticada tecnología, costaba entre 300.000 y 400.000 euros, en función de los complementos elegidos, y su precio apenas osciló al incorporar el sistema de autoguiado y la inteligencia artificial que le permitía trabajar sin descanso. Gracias al Case IH ACV el duro trabajo del campo se ha reducido a pequeñas labores complementarias, tales como el mantenimiento en sí de los tractores, el reemplazo de los aperos de labranza o el llenado de los depósitos de gasoil de los motores..., que todavía no son eléctricos por su escasa autonomía.
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