La proliferación de calles 30 en los entornos urbanos podría conllevar la desaparición progresiva de los badenes, al menos en este tipo de vía, tal y como ha manifestado el director general de la DGT, Pere Navarro, lo que ayudaría a evitar que se acorte la vida útil de los sistemas de amortiguación de los vehículos. Y es que se trata de un elemento que genera un desgaste prematuro, que en caso de tener que ser sustituido puede requerir un desembolso de hasta 1.000 euros, según Euromaster, el especialista en el cuidado y mantenimiento integral del vehículo.
Los badenes provocan un mayor estrés de las piezas del sistema de suspensión, desde los amortiguadores, pasando por muelles, brazos de suspensión, cojinetes, etc…. No obstante, el primero en soportar el impacto con el badén es el neumático, lo que puede llegar a provocar deformaciones si se circula a una velocidad inadecuada o por la acumulación de impactos.