En otoño de 1981, en la portada del número 65 de la revista corporativa de Citroen de la época apareció un coche de formas inéditas, a medio camino entre una berlina y un break, extremadamente aerodinámico y con una superficie acristalada preponderante con respecto a la chapa de la carrocería.
Se trataba de la última gran creación del Centro de Diseño de Citroen, que el año anterior ya había creado el Karin, un coche con una original forma piramidal y que ahora, con este nuevo concept car bautizado con el nombre de Citroen Xenia, anticipaba el futuro proponiendo una línea innovadora que no hubiera desentonado en un salón del automóvil del año 2000.