DS para los nostálgicos

DS vuelve a dejar claro que para PSA lo importante en las denominaciones de sus coches son los números.


En el próximo Salón del Automóvil de Ginebra veremos el surgimiento de algo muy llamativo: una nueva marca de coches como tal. Las buenas ventas y el éxito que Citroen está cosechando con su submarca DS han hecho posible que desde PSA hayan decidido seguir adelante con ella, y ahora DS navegue por sí sola sin el amparo de Citroen. De hecho no solo el producto, sino el logo (estrenado en la calandra del DS 5) y sus departamentos tendrán dedicación específica a la marca, ya desligada de Citroen.

Es una buena noticia, aunque muchos hubiésemos preferido que en lugar de crear a DS "de la nada" como así ha sido (aunque en Citroen se empeñen en vincularla a un pasado inexistente, como ya dije en su día en un artículo de esta misma sección y en esta misma publicación), los galos hubiesen decidido rescatar mejores marcas que tienen en el armario, como SIMCA. Pero eso sí, hay que aplaudir la llegada de DS en un panorama bastante opaco y mediocre del automovilismo europeo, ya que esta firma aporta al menos algo de esperanza, y, obviamente, también le abre más opciones al potencial comprador.




Resulta también enormemente paradójico que mientras míticas marcas como Renault decidieron a principios de los años noventa relegar de su historia y pasar a denominar a todos sus modelos con nombres (como bien sabes, antes casi todos los Renault se denominaban con un número), por causas "psicológicas" (el fabricante del rombo argumentaba que ello venía motivado a que los seres humanos nos identificamos mejor con una palabra que con un número, que es algo más frío e "impersonal"), en DS hayan decidido rescatar las denominaciones por números. Ya lo estaba haciendo Citroen, que había pasado de sus denominaciones con palabras (Xantia, Xsara, Saxo, ...) a denominar sus modelos con una letra y un número (C1, C3...), ahora van más allá aún, y en DS sólo aplicarán el número (3, 5...).

De esta forma, todos los que echábamos de menos los Renault con número podremos consolarnos en cierta forma al poder ver el surgimiento de este tipo de denominaciones en Citroen, o mejor dicho, en la ahora totalmente independiente DS.


Su primer modelo, el DS 5, es toda una declaración de intenciones de a dónde piensan llevar la marca y al público objetivo de ésta. DS será las variantes de lujo (por equipamiento simplemente, y acabados, ya que mecánicamente y también en plataformas seguirán siendo un Citroen), y quienes quieran tener ese nuevo logo adornando su frontal tendrán que desembolsar un dinero extra bastante significativo. Pero a los nuevos ricos (sobre todo de los países asiáticos como China y Taiwan, ricos que, no lo olvidemos, se han convertido en tales gracias al dinero europeo, ya que todo se produce en sus industrias y luego lo venden aquí) eso no parece importarles, mientras les otorgue un cierto "status" superior al resto de sus conciudadanos.

Confiemos en que DS siga apostando por los números (y, por qué no, Citroen también), de hecho Audi, BMW e incluso Mercedes-Benz llevan años haciéndolo y no les va tan mal. ¿Será entonces que los lumbreras metidos a psicólogos que en su día convencieron a los mandamases de Renault estaban equivocados, y resulta que al final el ser humano sí puede identificarse con un número? Ahí tenemos a Lewis Hamilton, sin ir más lejos, tan "identificado" con su 44 que ha decidido prescindir esta temporada del número 1 en su monoplaza. ¿Y quién no tiene, también, un número favorito? Porque conviene no olvidar, en última instancia, que al fin y al cabo lo que más nos queda en la mente de un coche son sus formas, su silueta y su diseño, y eso nos encandila y nos atrae mucho más que una simple denominación de modelo.


Por otra parte, un número, un simple número, es mucho más fácil de recordar -digan lo que digan los psicólogos- que muchas palabras. Por ejemplo, los Renault 4, el R5, o el R8, son fácilmente "recordables" e identificables, aunque no se denominen con palabras. Y admitámoslo: un número, un DS 5, por ejemplo, es más fácil de recordar y más bonitos que nombres tan rebuscados como los que llegan a usar marcas como Kia, que en el colmo del absurdo llegan a usar nombres con apóstrofes como Track'ster, Trail'Ster, o Cee'd, ¿quién va a acordarse de esos nombres en el futuro, y aún más, quién va a acordarse de dónde narices le calaban el apóstrofe? Pues sí, del absurdo de Kia a la "poca humanidad" de los números de los DS, yo, qué queréis que os diga, prefiero con mucho a DS. Prefiero que mi coche se llame simplemente DS 3, DS 4 o DS 5, a que se llame un impronunciable invento de palabras cogidas de un lado y de otro para intentar hacerlas combinar de forma burda, absurda y tonta, como Kadjar, Qashqai, Pijo o Junque (perdón, Pixo y Juke). O aún más, prefiero un número a palabras sueltas cambiadas de orden según interese, como hace Lexus con LF, LF-A, LFA, LCF, IS, IS-F, GS, GSh, GS F... Cualquiera se entiende.

| Redacción: Scott Hebron para Revista Coche

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